Los 85 años del coronel de abril y rebelión contra la corrupción

Los 85 años del coronel de abril y rebelión contra la corrupción

Este 11 de junio cumpliría 85 años Francisco Alberto Caamaño Deñó, el que se casó con la gloria, el que desafió las tropas invasoras, el que se comprometió con la patria hasta ofrendar su vida: el coronel de abril.
Probablemente muchas personas, incluyéndome, desconoce que la lucha contra la corrupción a lo interno de la Policía Nacional, comandada por Belisario Peguero, haya sido la primera rebelión del coronel Caamaño, quien inició un movimiento que al final culminó con la destitución del mal recordado jefe policial.
El 9 de enero del año 1965 se produjo un “levantamiento en Radio Patrulla” según narra en su libro el entonces teniente de la Policía, Claudio Caamaño Grullón, primo del coronel.
Esa rebelión había sido motivada por la corrupción, tráfico de influencias y malos tratos que desde la jefatura se ejercía contra los oficiales y alistados de menor jerarquía y contra la población.
El movimiento para propiciar la salida de Belisario no se concretó en la fecha prevista porque el general Wessin y Wessin, que se había comprometido con el apoyo, no cumplió con la promesa.
Según el libro de Claudio, los coroneles Francis Caamaño y José de Jesús Morillo López, protagonistas de la acción, fueron transferidos a un buque de la Marina de Guerra en Sans Soucí, por el comodoro Francisco Javier Rivera Caminero, jefe del Estado Mayor, con el propósito de “protegerlos” de la venganza que podría propiciar Belisario.
Numerosos oficiales de distintos rangos se guarecieron en el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas-CEFA-. En ese momento, el general Wessin los acogió y se produjo prácticamente un motín, que desactivó el presidente de facto Donald Reid Cabral, con la destitución de Belisario, según cuenta Claudio en el primer tomo de su libro “Guerra Civil 1965”.
Donald Reid nombró a los coroneles Francis Caamaño y Morillo López, ambos de la Policía, como cónsules en Jamaica, cargo que rechazaron y se vistieron de civil. Era la forma que el gobierno entendía para desactivar la pugna en el seno de la institución.
Tras la salida de Belisario, tanto Caamaño como Morillo López fueron reintegrados con sus respectivos rangos, según afirma también mi amiga Fellita Caamaño, prima del coronel.
Esta historia revela las inquietudes del coronel de abril, su rechazo a la corrupción y la determinación por enfrentarla hasta el final de sus días.
Hoy, cuando se cuestiona el accionar de algunos en la administración pública, es relevante mirar hacia atrás y aunque no haya todavía alguien dispuesto a casarse con la gloria, -dudo que aparezca- por lo menos que cerremos filas en lo que se refiere a la constitucionalidad.
El retorno a la Constitución del 63 fue el detonante de la revolución del 65, el cumplimiento de la del 2010, que proclama el Estado Social y Democrático de Derecho, es la tarea que tenemos por delante para hacer de nuestro país una sociedad institucionalizada, donde todos respetemos y cumplamos las leyes. Solo con eso seríamos una República Dominicana diferente.

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