Ayer ocurrió un hecho de suma importancia para la deseada reforma de la Policía Nacional: se graduaron los primeros 901 policías con un año de capacitación. Es la graduación número 138, denominada “Antonio Guzmán Fernández. La ceremonia fue encabezada por el presidente Luis Abinader Corona, y como un hecho muy singular se observó que es la primera vez que un jefe de Estado preside un acto de esta naturaleza. Todas las observaciones críticas hechas a nuestra Policía Nacional tienen como foco principal la falta de formación o profesionalización de los agentes que la integran. Por eso se varió el programa de estudios de tres meses a un año. Una medida cuyos efectos deberán ponerse ahora en el laboratorio de la observación para determinar hasta dónde las afirmaciones formuladas resisten las evidencias.

Le puede interesar: ¿Vamos a esperar que la humanidad sucumba?

Es decir, la Policía y la sociedad deberemos ver cómo se comportan en su ejercicio diario estos nuevos 901 rasos, aunque los reformadores tendrán que poner a prueba en el laboratorio el factor contaminación. Es decir, ¿será contaminado o no el comportamiento diario de estos 901 agentes por los miles que están en las calles, quienes serán sus compañeros de actuación pero que carecen de su formación? La reforma policial es un proceso largo que tendrá que tocar muchos factores, algunos de los cuales son complicados como el cultural, mencionado precisamente en la graduación por el obispo Víctor Masalles. De todos modos, esta graduación es un paso importante en la línea correcta, un avance. La sociedad ha venido reclamando una institución policial para la democracia y para el servicio a los ciudadanos. Ojalá que, como dijo el presidente Abinader Corona, estos graduados se comporten con justicia, firmeza y respeto a los derechos humanos, levantando siempre la ley y la Constitución de la República.