Cuando hablamos de esta figura familiar tendemos la mayoría de las veces a sacar hermosos e inolvidables sentimientos.

Porque a decir verdad, ellos son un soporte emocional que brinda ternura, cariño y complacencia. No cabe duda que ellos ofrecen un amor incondicional hacia esas inocentes criaturas, pues diríamos tal vez que no tienen esas grandes obligaciones emanadas de implementar una exigente educación como los padres. Pero lo que sí podemos apreciar es que los abuelos simbolizan, también, un viaducto entre la figura de los padres e hijos.

El papel de los abuelos es fundamental en el sano y sabio crecimiento de los pequeños pues de ellos se emana mucha experiencia acumulada, la inserción de los valores y costumbres mayormente son de las características predominantes y fundamentales en el legado de nuestros abuelos sin excluir lo más abundante: el cariño y el afecto. Y por eso es que los abuelos llegan a convertirse en un ejemplo de vida para los nietos, porque poco a poco les ayudan a comprender que cada etapa de la vida tiene su enriquecimiento y que hay que vivir con dedicación, entrega, entusiasmo y siempre con gesto amable.

Ser abuelo es como llegar a la cima del patriarcado y graduarse con honores como papá. No hay dudas que vivir esa etapa lleva al ser humano a ser más humano, más condescendiente, comprensivo y hasta cierto punto permisivo, pues posiblemente es donde el ser humano se detiene a madurar el tiempo de calidad con su familia y que por razones ajenas en muchas ocasiones no se percataron del rol que jugaba en el seno familiar.

Lo importante es estar consciente que la relación entre nietos y abuelos es única y que de una forma u otra ellos van a propiciarle inconscientemente el ambiente que no lograron con sus hijos, es parte de ese amor incondicional que va fluyendo día a día por naturaleza, siempre logrando que permanezca el respeto entre padres y abuelos dejando claro que cada espacio tiene sus exigencias, méritos y costumbres.

No cabe duda de que los abuelos son esenciales en la familia, son insustituibles, nadie puede desempeñar su rol y son una pieza fundamental en la familia. Mientras más cercanos permanezcan, mayor será su legado, porque nos dejan hermosas tradiciones, agradables momentos e inolvidables lecciones y consejos que jamás perecerán pues la semilla plantada en el corazón de la familia dejará grandes frutos en las futuras generaciones. Deseamos para esos seres especiales mucha salud, respeto, cuidado y honor.