Los acertijos de Ángel Urrely

Los acertijos de Ángel Urrely

POR CLARA SILVESTRE
Entre anotaciones y manchas de pinturas, Ángel Urrely hilvana gran parte de su vida. Escribe mucho, por lo que cada obra va acompañada de un texto, y en un lugar muy especial se encuentran los manuscritos de los nueve libros que cuentan la historia de su vida y esperan por su publicación.

En ellas, aloja “ilustraciones, cuentos, vivencias, sueños, dibujos, dibujos, dibujos, proyectos… triunfos”. Pero también le gusta darle un espacio al enigma y la metáfora, así lo asegura, y trata de crear un acertijo, en lo que concierne a su obra pictórica.

14 obras componen la serie “Los acertijos del caimán” trabajadas mayormente en acrílico sobre lienzo, aunque también se encuentran algunas en carbón sobre lienzo. Esta cuarta exposición del artista se presenta en el Centro Cultural Domínico-Alemán, ubicada en la calle Isabel La Católica No. 212, Zona Colonial. La clausura será el jueves 23 de diciembre.

Al cuestionársele sobre qué significado tiene el caimán, explica: “Para los egipcios el caimán es el gran devorador. Salí del vientre de un caimán, porque salí de Cuba. Nada está inventado, tenemos un idioma que es milenario”.

Desde hace tres años que ha tomado el tema de bestiarios y no lo ha soltado más. No pretende traer los inicios a nuestros tiempos, pero sí destaca que los romanos leían las entrañas de los animales y en el micromundo del animal veían el macrocosmo; “el animal es poseedor de una carga mágica, por algo está en los signos zodiacales, por algo los héroes encarnan un espíritu de un animal: águila, león, lobo, etc.”.

Agregó: “Sabes que los animales están primero que nosotros en la Tierra, y los primeros registros de arte que hay son de hombres y animales, en el zodiaco la mayoría de los signos son animales, también se ingieren animales constantemente. La vida del hombre y los animales han estado juntos a través de la historia de la humanidad”.

Confiesa que no pinta en un momento simple de inspiración, para ello se tarda varios meses en hacerlo, tomando su tiempo para buscar datos, escribir, dibujar y luego de ese tiempo es que empieza a producir la obra.

Ángel Urrely siempre pensó que iba a dedicarse a la plástica, de lo contrario sería músico, vocación que le viene de sus padres, e incluso su hermana es músico de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Al preguntarle si se considera un soñador, responde: “Me considero un hombre despierto, tengo proyectos, no sueños, luego de ser padre no sé que puede pasar, sé que un cambio debe venir”. Dentro de sus planes futuros se encuentran “seguir existiendo, tratar de cuidarme, ser bueno, voy a ser papá por primera vez”.

Su respuesta a si se considera místico fue: “Vivo en una ciudad, es difícil ser místico y vivir en una ciudad contaminada. Un día viviré en un espacio que me permita tener una vida más cercana al misticismo. Es difícil que la contaminación pueda vivir junto al misticismo”.

“Mi obra en otros puntos en los que se apoya es buscar en la calle ideas de esas cosas que pasan inadvertidas. Yo siempre estoy observando, incluso cosas que pueden parecer intrascendentes. Ahora no soy un ermitaño, soy un hombre que vive en una ciudad y estoy consciente de esto”.

Lleva seis años en la República Dominicana, donde asegura ha vivido la etapa más importante de su vida como artista. Fue profesor de artes plásticas durante tres años en el Internacional School.

En el año 2005 realizará una exposición en La Galería. A ese respecto comenta: “Tal vez le toque el turno a las víctimas, tengo pollos pelados, congelados y listos para comer. El hombre tiene relación con los pollos. En ella, los pollos estarán solos y aparecerán donde quiera, sobre un palmar, sobre un paisaje, bailando un danzón”.

En estos momentos Ángel Urrely se encuentra analizando, estudiando y trabajando los bocetos para dicha exposición. Además, trabaja con fotos sobre la ciudad de Santo Domingo para otro gran proyecto.

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