Los acreedores prefieren renegociar, no el default

Los acreedores prefieren renegociar, no el default

POR MARIO MENDEZ
El país no ha sido declarado en default porque la comunidad financiera internacional ha adoptado una actitud flexible ante la situación heredada por el nuevo gobierno y ha preferido, como estrategia, aceptar una reestructuración de la deuda externa, en vez de declarar el cese de pagos, se informó ayer.

De acuerdo a lo informado, el país tenía atrasos en el pago de la deuda externa por más de 127 millones de dólares a finales de julio, y una parte importante de esa suma había quedado fuera del período de gracia otorgado para el cumplimiento.

Ese monto incluye 14.9 con organismos multilaterales, 117.3 millones con bilaterales (menos 61.8 millones que habría que pagar antes de diciembre), 29.74 millones con bancos comerciales y 27.12 por concepto de bonos soberanos.

De esos 42 millones estaban fuera del período de flexibilidad.

Esos montos no incluyen 40 millones que deberán ser pagados este año y que no habían sido registrado al momento de la renegociación con el Club de París.

Los pagos que deberá hacer el sector público en el período agosto-diciembre, incluyendo los atrasos del año, ascienden a 352 millones de dólares.

Se indicó que algunos pagos han sido saldados, entre ellos el de los bonos soberanos y últimamente unos 10 millones de dólares al BID, que todavía estaban en el período de gracia.

«Si esta situación de atrasos no hubiera coincido con el período de cambio del gobierno, ya el cese de pagos hubiera sido declarado», se explicó.

Se planteó que particularmente a los bancos de inversión no les gusta adoptar como primera estrategia la declaratoria de default, porque se trata de un proceso más complicado, que los obliga a reunirse con los tenedores de bonos soberanos para tratar la situación.

Se explicó que como resultado de las dificultades del país para cumplir con el pago de la deuda, «el precio de los bonos soberanos no pudo caer a menor nivel, hasta los 66 centavos de dólar, luego de haberse cotizados a un precio superior al 100 por ciento de su valor facial».

Se consideró que cuando eso ocurrió, en el pasado gobierno, era un buen momento para que el gobierno dominicano anunciara que iba a la reestructuración de la deuda.

Sin embargo, se indicó que no se hizo eso y, en cambio, se pagaron los vencimientos de los bonos soberanos, que debieron entrar en la deuda reestructurada, lo cual hubiera evitado que el país hiciera pagos por unos 50 millones de dólares ese año por concepto de los intereses del bono 2006.

De acuerdo a lo informado, la reestructuración de la deuda externa es compatible con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), siempre y cuando el país se mantenga al día en los pagos corrientes a los organismos multilaterales.

Se explicó que la República Dominicana inició negociaciones para reestructurar la deuda con los gobiernos acreedores, en el Club de París.

Sin embargo, se explicó que esa reestructuración no entrará en vigencia hasta tanto el país no resuelva cómo va a financiar una brecha que inicialmente se estimó en 100 millones de dólares, pero que subió a 140 millones de dólares porque aparecieron otros 40 millones de dólares que deben ser pagados en el presente año y que no estaban registrados al momento de la negociación de la deuda bilateral.

En la próxima semana funcionarios del gobierno se reunirán con el Club de París, y deberán llevar a ese organismo un plan de reestructuración de la deuda externa con el sector privado, para cerrar la señalada brecha.

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