Los adornos eclesiásticos de la Catedral

Los adornos eclesiásticos de la Catedral

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
La Capilla Mayor de la Catedral Primada de Santo Domingo   cuenta con adornos eclesiásticos singulares.

Uno de ellos es la bóveda cuatripartita gótica, cuyas líneas se desintegran formando un juego de simetrías y analogías situadas en la superficie interna de la ancha cúpula, donde sus nervaduras radiales diagonales se interrumpen a media altura, en lugar de unl ángulo, formando unos cuerpos romboidales.

El engarce transversal que une el espacio interno principal del arco y los filos de mediación,  origina un juego de cuatro triángulos esféricos que acrecentan de inmediato el motivo de las lunetas encima del conjunto de arcos laterales.

  Entre sus superficies internas cóncavas están  las molduras formando el duende, el demonio y el lobo, (de influencia medieval) y de influencia renacentista, los gemelos florales. También, en el eje central de la bóveda del presbiterio se aprecia el lindo florón dorado con gruesas molduras formando el Cordero Pascual (símbolo de Cristo crucificado), rodeado por los cuatro evangelistas camuflajeados con los cuernos del toro, igual brotan capullos y la figura humana surge de una hoja con la mona que encierran las figuras de una pureza cuatricentista.

  Sin embargo, en los espacios menores que cierran el arco de esta capilla está el chivo, que surge detrás de unas cintas dispuestas en un blasón con un cáliz de flor en el campo.

  También, en el asiento de las naves laterales está el decorado románico que sirve de apoyo a la bóveda.

  Arriba del ábside, las piezas verticales que lo sostienen se apoyan en unos pies del arte mudéjar, pero la cuerda entretejida existente en el trebolado en los adornos geométricos situados en el interior, es de reminicencias manuelinas.

  En la bóveda de la nave central, aparte de las columnas cilíndricas compuestas de molduras que la coronan, también están, en la parte semicircular, las preciosas columnitas torsas de cuerpo retorcido.

  En el presbiterio está el precioso retablo de estilo barroco de caoba con el decorado policromado en pan de oro, cuyo trono arzobispal centralmente presenta la imagen de Santa Bárbara, y en cada lado se aprecian ocho columnas jónicas paralelas, cuyo cuerpo central está formado por líneas inclinadas dando vueltas. Debajo aparecen cuatro pilastras más pequeñas encerrando los blasones eclesiásticos, y en el alto se pueden observar dos molduras en la parte inferior del entablamiento, las cuales presenta el tallado en altorrelieve de vegetales.

También está la decoración en altorrelieve de la Misericordia central con grandes colas de pez.

  A los lados se observan las figuras platerescas de un cuerpo con los brazos y piernas abiertos que, deformadas, están dando una corta vuelta.

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