El principal elemento de crecimiento para los países en desarrollo no lo constituye la ayuda externa, sino la inversión financiada por lo ahorros internos. Por lo tanto, la base para una efectiva estrategia de crecimiento continuo está en brindar incentivos adecuados para que el pueblo produzca, ahorre e invierta.

El significado real del desarrollo es lo que implica para el bienestar, las aspiraciones, la dignidad y la realización de cada individuo. Esto se cumple cuando cada hombre y cada mujer en una sociedad tienen la oportunidad de alcanzar su potencial pleno.  La sociedad se desarrolla por la libre asociación de los individuos, trabajando juntos en tareas voluntarias y productivas de todas clases. Hay que reconocer que el desarrollo económico es un proceso complejo, con muchos escollos e implicaciones a largo alcance.

El proceso de libre comercio que ha venido impulsando el gobierno, permitiendo importaciones muchas veces no planificadas, está afectando seriamente a los productores nacionales, ya que muchas veces se hacen en plena cosecha de los mismos artículos que están siendo importados. No nos oponemos a esta apertura, pero si insistiremos en que en estas negociaciones prevalezcan los principios del beneficio para todos, para que la transacción constituya ejemplo de buena voluntad y de mutua cooperación entre todos los países que forman parte del acuerdo.

Nuestra producción debe tener competitividad, y para eso necesita la ayuda del Estado, a fin de competir con otros países, donde sí tienen políticas que apoyan y fomentan la producción agrícola. Se hace necesario un plan a nivel nacional para saber cuál es la producción de cada rubro agropecuario, su demanda interna y su posibilidad de exportación, además que se elabore un proyecto que cubra objetivos, presupuesto y asociaciones a desarrollar con una proyección mínima de cinco años.