Al iniciar nuestro día, es común que empecemos con una taza de café o té endulzada con azúcar. Más adelante, durante el trascurso del día seguiremos consumiendo alimentos y bebidas que contienen un alto porcentaje de edulcorante, esto sin contar la glucosa ya presente en las comidas y bebidas.
Y es que desde el nacimiento estamos en contacto con el azúcar. La leche materna, por ejemplo, contiene entre sus componentes cierto nivel de azúcar gracias a la lactosa; si al bebé se le da fórmula también estará en contacto con la sacarosa.
Pero, ¿se ha preguntado cuánta azúcar es necesaria diariamente? Según una nueva guía publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo diario de este endulzante debe ser inferior al 5% de la ingesta calórica total y no debe ser superior al 10% .
Esta advertencia de la OMS, se “centra en los efectos documentados para la salud que produce la ingesta de “azúcares libres”, se puede leer en la guía.
La nutrióloga Ana Carolina Baéz explica que en la actualidad se considera que el consumo de azúcar en tan alto nivel, es el factor común responsable de la epidemia en que se han convertido las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y la obesidad.
“Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, estas enfermedades causaron 38 millones de muertes en el 2012, siendo la mayoría de estas prevenibles. Desde el 1980 al 2014 la obesidad se duplicó, encontrándose en 39% de la población mundial. Asimismo los pacientes diabéticos aumentaron de 108 a 422 millones. Definitivamente cifras alarmantes. Lamentablemente estas afecciones están llegando a personas cada vez mas jóvenes, incluso a niños”, detalla Báez.
La experta de la salud señala que ante esta realidad, la OMS recomienda reducir el consumo de azúcares a un 5% del total de calorías consumidas por día. Para un individuo que consuma 2000 calorías, esto representa 25 gramos de azúcar o lo que es igual seis cucharaditas de tamaño café. Es importante destacar que no solo cuenta el azúcar que añadimos, sino también la que está contenida en los alimentos.
Azúcar de los alimentos. Esta guía hace hincapié específico en los azúcares libres, los cuales se diferencian de los azúcares intrínsecos que se encuentran en las frutas y las verduras enteras frescas. “Como no hay pruebas de que el consumo de azúcares intrínsecos tenga efectos adversos para la salud, las recomendaciones de la directriz no se aplican al consumo de los azúcares presentes en las frutas y las verduras frescas”, explica la guía.
Qué podemos hacer? Baéz sugiere que como país y tal como revela la OMS en su último informe relacionado a la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, es preciso efectuar cambios poblacionales, de políticas alimentarias y fiscales. El aumento de impuestos a los productos ricos en azúcares y el subsidio a alimentos más saludables, incluyendo las frutas y las verduras son parte de las medidas que se están aplicando en varios países de Europa y México y que podrían contribuir a la reducción de las complicaciones de salud en la población.
Especifica que desde el punto de vista individual, cada persona debe tratar de lograr una alimentación más sana para sí mismo y su familia, con especial atención en los niños. Lo que aprendan como hábito de alimentación en la infancia, marcará gran parte de sus gustos alimentarios toda la vida. Es importante empezar a educar el paladar a preferir alimentos menos dulces. Aún si son alimentos con edulcorantes artificiales y no calóricos, es preciso empezar a reducirlos.
Recomendaciones prácticas. 1. Prefiera generalmente fruta natural, en lugar de jugos.
2. Limite el consumo de bebidas azucaradas. Si desea alguna bebida refrescante, puede saborizar el agua de forma natural con rodajas de fruta, gotas de limón, u hojas de menta.
3. El consumo de postres, bizcochos, helados… hágalo de forma ocasional y en pequeñas cantidades.
4. Revise el contenido de azúcar en las etiquetas de información nutricional de los alimentos que consumes. Recuerde que el total por día debe ser menor de 25 gramos.
5. Reduzca gradualmente el azúcar o el edulcorante que ponga en su café o té.
“Con cambios pequeños y progresivos es posible tener una alimentación más sana para mejorar su salud y la de su familia”, concluye la especilista en nutrición.