La tarde comenzaba a languidecer dando paso a las primeras sombras de la noche, pero justo en el momento en que penetramos en la sala Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes, tuve la sensación de que allí amanecía y la luz de un sol brillante iluminaba la estancia toda, y que los niños allí congregados, rebosantes de felicidad, moviendo sus cuerpecitos al compás de los villancicos que entonaban desde sus asientos, pletóricos de alegría, eran parte del espectáculo que se iniciaba desde la mismísima platea.

Y luego sobrevino el silencio, para dar paso al acto protocolar de rigor, en el que la primera dama, doña Cándida Montilla de Medina, con sentidas palabras y visiblemente emocionada, agradeció a los presentes su asistencia, y a sus colaboradores, la solidaridad y empeño puesto de manifiesto para hacer del programa “Ángeles de la Cultura”, una realidad tangible.

A seguidas dio inicio un espectáculo entrañable “La alegría de los ángeles”, y entonces desde el escenario, irradió una nueva luz: eran las alas de aquellos niños convertidos en ángeles, que desde el mundo maravilloso de la escena recién descubierta, inundaban la estancia con el espíritu de la Navidad y su mensaje de amor y paz.

El relato, bien elaborado por Richarson Díaz –el sueño eterno de un niño con la Navidad– permite la interacción de las diferentes disciplinas artísticas: coros, danza, música, titiriteros y actuación, en la destaca el niño Randy Manuel Ulerio, quien junto a otros personajes, incluidos los de nuestro folclor carnavalesco, consigue dar coherencia al fantástico y multicolor relato.

Otro elemento protagónico de la representación es la escenografía creada por el artista Fidel López, basada en los bosquejos de los niños de las clases de pintura.

El espectáculo puso de manifiesto el talento y la versatilidad de todos los participantes, pero además, es una muestra de todo lo que se puede lograr con perseverancia y disciplina, cuando se cuenta con la orientación y motivación de profesores altamente calificados, imbuidos de mística, sensibilidad y deseo ferviente de enseñar, de llevar arte y cultura a esos niños poco favorecidos de nuestros barrios, como los de La Zurza, que hoy encuentran alas dentro del programa “Ángeles de la Cultura”.

Ciertamente toda realización artística es un todo en el que cada una de sus partes es esencial. Merecedores de reconocimientos son los profesores: Leila Pérez, directora de los coros, Víctor Pinales y Richardson Díaz, en teatro y títeres, y Marianela Boan, en danza.

Al término de la noche llena de fantasía, percibo que el duende de la Navidad se posó sobre los niños actuantes y espectadores, convencida de que este primer encuentro con el arte permanecerá imborrable por siempre en sus recuerdos.

Ángeles de la Cultura.- Es un programa artístico-cultural implementado por el Despacho de la Primera Dama, diseñado y ejecutado por 16 experimentados maestros, para llevar la educación artística a niños y jóvenes de barrios vulnerables.