Si hay alguien que podría salir beneficiado del escándalo de robo de señas, al menos esta temporada, podrían ser los Angelinos de Los Angeles.
Y es que las potenciales consecuencias negativas que enfrenten los Astros de Houston, tanto por la presión que enfrentarán sus jugadores, como por la salida del gerente Jeff Luhnow y el dirigente A.J. Hinch, podría servir de impulso para el conjunto californiano.
Los Angelinos cuentan con el mejor pelotero de la Gran Carpa, con Mike Trout, y quien probablemente vuelva a competir y/o ganar el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Para fortalecer su ofensiva, agregaron a Anthony Rendón en la agencia libre, sumando así dos de los mejores bates del negocio.
Sume a ello un Albert Pujols que llega totalmente saludable a los entrenamientos de primavera y un Shohei Ohtani en su tercera campaña en la Gran Carpa, y las cosas lucen bien en cuanto a la ofensiva.
Con Tommy La Stella y Andrelton Simmons alrededor de la segunda base, el conjunto luce bien y con capacidad de mejorar con relación al 2019.
Donde hay interrogantes para el equipo, es en la rotación abridora.
Ya sabemos que Ohtani no regresa al montículo al menos hasta mayo como parte de su recuperación de una operación Tommy John.
Trajeron desde Atlanta al colombiano Julio Teherán y se espera que juegue un rol importante.
Lo mismo puede decirse de Andrew Heaney y de Dylan Bundy, otros brazos relevantes. Pero en sentido general, el pitcheo abridor de los Angelinos, plantea importantes interrogantes.
Para el relevo, Hansel Robles está proyectado a ser el cerrador del conjunto.
Robles asumió el puesto de cerrador la pasada campaña y tuvo 23 rescates, con marca de 5-1 y 2.48 de efectividad, además de abanicar 9.3 rivales por cada nueve entradas.
Si hay cierto descalabro de los Astros, el 2020 de los Angelinos podría lucir muy interesante.