Uno de los detalles que se toman en cuenta para realizar una ceremonia de casamiento, sea por la iglesia o por el civil, son los anillos.

El uso de esos aros que sellan la alianza entre las  personas que contraen matrimonio, tiene sus orígenes en tiempos muy antiguos.

Aunque estas piezas nunca faltan  en una boda, esta no debe ser imprescindible, pues se trata  de un compromiso simbólico, o sea,  su ausencia no invalida el matrimonio. El anillo no es vital para la  boda.

Muchas  personas se  colocan la alianza, como también se conoce,  en el dedo anular de la mano izquierda, pero  otras lo usan en la derecha. Esto dependerá de la tradición de los novios. En el país lo  normal es utilizarlo en la izquierda.

Se dice que la tradición de colocarlo en el dedo anular se debe a que por este dedo pasa una vena que va directo al corazón.

Como es una prenda que se debe llevar consigo  siempre, se recomienda escoger aros lisos, que no incomoden. Así el símbolo de este enlace no se quitará.

Orígenes.  Alrededor de este símbolo matrimonial existen muchas teorías. No se sabe de una fecha exacta en que hayan  aparecido, pero se dice que en tiempos del Imperio  Romano,  las ceremonias nupciales incluían este rito, por lo que no se considera una tradición exclusivamente   cristiana. 

Entre los romanos, esta tradición era muy practicada, y los anillos no se usaban como un simple adorno, sino que  era un signo para sellar la unión.

Entonces  se convertían en la promesa de matrimonio y con el acto de  entrega y recibo de cada uno de los contrayentes, se aseguraba la unión fuerte de la pareja.