Si estuviésemos buscando título para un clavo cinematográfico el que encabeza este escrito sería el ideal. Como saben todos ustedes, el mundo enfrenta problemas de mayor envergadura. No se trata de buscar frívolos nombres para un drama sin ton ni son. Los seres humanos nos encontramos en el umbral de una tragedia que en caso de no enfrentar con firmeza, diezmará la población.

Se ha dispuesto impedir la importación de cerdos y aves. La enérgica forma en que hizo el anuncio el Director General de Aduanas, Miguel Cocco, augura el cumplimiento. Sin embargo deseo recordar lo de la fiebre porcina de 1978. Por aquellos tiempos existían controles fitozoosanitarios de estricto cumplimiento. Los seres humanos somos débiles. Y además de débiles somos frágiles los dominicanos. Se contaba por aquellos días que un español trajo unos embutidos elaborados con carnes no cocidas de cerdo. El resultado es conocido de todos.

La gripe aviar fue contenida fuera del territorio dominicano. Sin embargo algunas aves de granja murieron en el Este y en la zona central del Cibao. Los comentarios que generaron esas aves muertas sobrepasaron el intento de averiguar las causas. Las ventas disminuyeron. Y cuanto fue peor, Haití vedó la compra de pollos y huevos de cría en territorio dominicano. Todavía no hemos recuperado a plenitud ese mercado.

Este percance prueba que nadie se halla inmune. Por consiguiente, como se anuncia que esta otra fiebre de origen porcino es aún más letal que la de origen aviar, hemos de multiplicar nuestras precauciones. Para comenzar aumentaremos las defensas de nuestros organismos. Los virus son microorganismos parásitos y oportunistas. Para existir necesitan de vidas ajenas. Cuando penetran un cuerpo –animal o humano- se multiplican. Un organismo de gran vitalidad resiste la incursión. Un organismo débil, sucumbe.

A la vista de esta realidad las autoridades deben proveer porciones de vitamina C a la población más pobre. Receta que me permito ofrecer y que cumple con la provisión de elementos que aumentan las plaquetas, es la del jugo de cereza, guayaba criolla y pimiento morrón. Aunque un batido huele a condimento de cocina, ha probado capacidad para aumentar las defensas del cuerpo humano. En lo que la ciencia averigua sobre sus poderes salutíferos, me permito recomendar este jugo a cuantos sufren enfermedades virales corrientes.

Conviene además, que los gobiernos locales aceleren los procesos para la recolección de desperdicios sólidos y aseguren que su disposición final no sea causa de contaminación. Parte de los problemas son debidos a la contaminación. Las vías respiratorias funcionan con deficiencia en un ambiente cargado de gases tóxicos. Toda materia en descomposición los genera. En la medida en que limpiemos los aires estaremos en mejores condiciones de batir virus mutados en cuerpos de animales que intenten afectar nuestro cuerpo.