Los animales y la campaña

Los animales y la campaña

Como estamos viendo por calles y carreteras incluyendo la cibercarretera , la diatriba política pública ha subido tanto de tono y se ha vuelto tan insultante, que los prelados de las diferentes iglesias se han visto obligados a sugerir su disminución.

En diferentes carreteras por las que hemos pasado se hace constante alusión a los políticos y a los animales: que Hipólito es burro, que Leonel es león, que Estrella es pollo a 27, que Moreta es gallo, que Bacho es culebro, que Almanzar es chivo y otros por el estilo.

Entre los activistas partidarios de los diferentes candidatos, que también afilan sus intenciones para dentro de dos años en las elecciones congresuales, se manejan también calificativos que se han vuelto apodos. Así hemos visto desde Pedernales hasta Higuey a “el puerco”, “la chiva”, “el pato”, “el caballo” y otros candidatos de los diferentes corrales políticos que no ocultan su complacencia en ser comparados con dichos animales. En fin, que teniendo razón o no en sus comparaciones, no es justo que la discusión política llegue a tal extremo que se tenga que insultar a los animales.

Lo expuesto llama la atención sobre el hecho de que dichos calificativos son endilgados con propósitos insultantes. Pero resulta que debería ser lo contrario. Ser burro como califican a Hipólito debería concebirse como ser dotado de gran fuerza de trabajo, rendimiento, enorme capacidad de carga, sacrificio por quien nos paga.

Ser pájaro como califican a Leonel debería concebirse como dotado de agilidad, gran capacidad de desplazamiento, grácil y suave.

Ser pollo a 27 como califican a Eduardo debería concebirse como intencionado en volver a los días de la comida barata (como cuando el pollo era a 32 centavos y Félix del Rosario, los Magos y Frank Cruz lo pregonaban en “¡ay que negra tengo!”).

En cuanto a los demás candidatos, ser culebro es no caer en lazo; ser chivo es mantenerse alerta, y ser gallo es mostrar hombría. Para los demás ya no tengo espacio para defensa, así que arréglense como puedan: móntense en el burro, vuelen con el pájaro, o siéntense a esperar que el pollo baje.

[b]Yuma, al final de la carretera[/b]

La carretera que lleva Higuey San Rafael del Yuma, y luego San Rafael del Yuma Boca de Yuma, termina en ese pedazo de paraíso que ustedes ven en la foto.

Allí termina la carretera y ahí desemboca el río Yuma. Escuálido y maltratado en todo su trayecto, el Yuma reúne antes de lanzarse al mar todo el esplendor de que es capaz.

Por suerte, el pasado año se terminó en la desembocadura del Yuma una especie de malecón y mirador acompañado con un parque para niños donde los yumeros se reúnen ahora a disfrutar desde un espacio más decente este espectáculo de milenios que parece nuevo cada día.

Desde este sitio hacia el este hay otros de similar belleza y posibilidad de habilitación turística. Casualmente, ahora que lo menciono, ¿y por qué razón no se interesan en estos sitios los que quieren meterse en el Parque Nacional del Este?

Si en verdad les interesa mejorar la calidad de vida de la gente del Este, como ésta que vive en Boca de Yuma y San Rafael del Yuma, ¿por qué no invierten por estos lares fuera del Parque?

¿Porqué quieren invertir donde no hay gente?

De todas formas, lléguese hasta el final de la carretera San Rafael del Yuma Boca de Yuma cuando esté por el Este y siéntese frente a la desembocadura a tomar el aire y a pensar en eso.

[b]Las jirafas de Boca Chica[/b]

Una manadita de jirafas se ha estacionado al oeste de Boca Chica, pero visibles desde varios kilómetros a la redonda. Son las jirafas del Puerto Multimodal, supuestamente el más moderno y ágil del Caribe.

Pero lamentablemente, ver estas jirafas desde la misma Boca Chica causa cierta aprensión. Para no verlas hay que cerrar los ojos o sentarse o bañarse de espaldas al puerto, quien todavía ose bañarse en esa alberca de aguas servidas en que se ha convertido Boca Chica desde el caótico crecimiento de la hotelería en esa playa.

Ahora con las jirafas ahí Boca Chica pierde vistosidad. Es posible que el puerto multimodal sea una alternativa económica importante para una zona que bajó mucho económicamente como consecuencia de la quiebra de los ingenios. Pero igualmente “prometedora” ha sido la inversión turística, y solamente hemos conseguido ahí que progrese la prostitución, la distribución de drogas, el sida y la contaminación del mar.

Durante muchos años la carretera solamente llegaba hasta Boca Chica. De ahí en adelante teníamos una carreterita para continuar hacia las ciudades del Este, lo que significa que era más importante llegar a Boca Chica que a cualquier otro sitio.

Y todavía para muchos de los residentes en Santo Domingo la autopista de Las Américas es más importante para llegar a Boca Chica que para seguir más allá. Solo que ya no deberían meterse en sus aguas, porque ya ni los erizos la soportan… las jirafas sí.

[b]¿Avanzando el puente?[/b]

El puente de la doble A que se construye sobre el río Higuamo, muy cerca del puente tipo maqueta que está al lado de la cementera Cemex, parece que recibió algo de atención y ahora “creció un poco”, tanto hacia arriba como hacia la orilla opuesta.

Para los que no lo sabían, en la República Dominicana los puentes parecen tener vida propia, o así se manejan. Porque hay un tal “Puente Juan Pablo Duarte” que ha sido abandonado a la vida realenga, a ver si sobrevive de lo que le sobre al puente Juan Bosch, hasta que le llegue la hora de desplomarse o se lo lleve un huracán, como pasó con el puente Ulises Hereaux, o como pasó con el puente Lucas Díaz, sobre el río Nizao.

Hay que recordar que el puente Duarte es, además de un puente colgante, un monumento de la Historia reciente de la República Dominicana.

El puente Duarte marcó la frontera trinchera entre las fuerzas constitucionalistas y las fuerzas golpistas durante la revolución de Abril de 1965.

Si no se va a utilizar más, si no se va a reparar para su utilización, debería adecuarse por lo menos a ser visto como monumento histórico.

Ojalá que al puente “maqueta” al lado de la cementera de Macorís no le pase lo que al Duarte, cuando esté terminado el puente de la doble “A”.

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