En mi artículo del pasado día 25 “El Agua Podrida de las Hidroeléctricas”, decía que a raíz del aviso pagado por la empresa operadora de las hidroeléctricas, de que el proyecto de Las Placetas costaría $300 millones de dólares con 90,100 kilos instalados, lo cual aparentaba un precio lógico de $3,330 dólares por kilo instalado.

Pero el júbilo de ese costo tan razonable duró poco, ya que el pasado miércoles 31, en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio los principales directivos de la empresa generadora hidroeléctrica se duplicó el precio de Las Placetas, elevándolo a los $600 millones de dólares, con lo que el kilovatio instalado se disparó a $6,888 dólares, convirtiéndolo así en otro proyecto anti-económico para el país, pero muy atractivo para los contratistas y financiadores del proyecto. Este es el proyecto más anti-económico que Pinalito, cuyo costo por kilovatio instalado fue de $6,500 dólares.

Estamos en presencia de que se están otorgando contratos sin la debida ponderación, con solo tener por delante los beneficios que se derivan de obtener un financiamiento complaciente y generoso, por lo general de origen brasileño sin estudios bien concebidos de lo que se quiere.

La urgencia de muchos burócratas e ingenieros de ver muchas presas en todo el territorio nacional, los empuja a aceptar a cualquiera que venga con una oferta de llave en mano, sin muchos análisis para enredar en la pata de los caballos al país con un elefante blanco que procesará un agua podrida, solo aportadora de beneficios para quienes se lucran de este tipo de construcción.

La comparecencia de los ejecutivos de la EGEHID fue muy ilustrativa y valiosa, ya que con gran candidez y todavía sin las habilidades de una burocracia vieja, hablaron hasta de cómo adquirieron energía cara en el mercado spot a 16 centavos de dólar el kilo para poder cumplir compromisos contractuales con ciertos clientes a quienes se les había garantizado un costo de 7,78 centavos el kilo y al tener agua suficiente se contrató la energía con otros suplidores.

Las informaciones vertidas, en ese ilustrativo almuerzo, nos dieron la impresión que algo ocurrió para que la EGEHID abandonara la reparación de las turbinas e instalaciones conexas en las presas de Jigüey y Aguacate, las mayores productoras de energía del sistema hidroeléctrico con 150 mil kilos instalados, sacadas de operación desde el 2007 a raíz de las crecientes del río Nizao por el paso de las tormentas Olga y Noel. Sin embargo, hubo recursos para financiar campañas electorales de allegados a los anteriores ejecutivos de la entidad.

Lo que se traduce de la comparecencia de los ejecutivos de la EGEHID al Almuerzo Semanal es que se tropieza con grandes dificultades y falta de deseos y logística para emprender una intensa labor de reconstrucción y mantenimiento de los proyectos existentes.

La política de EGEHID no es mantener sino anunciar el inicio de la construcción de nuevas presas como la de Palomino, ahora con un costo estimado de $364 millones de dólares por 80 mil kilos instalados, y de seguro, como es ya la constante, ese costo se duplicará a la hora que se pase balance de su costo final después que los contratistas brasileños presenten sus reclamaciones.