Los aportes de la UASD

Los aportes de la UASD

JESÚS DE LA ROSA
El reputado periodista Juan Bolívar Díaz y quien esto escribe acordamos que en países tan atrasados como el nuestro la formación universitaria debería ser gratuita, y que así debería consignarse en una próxima reforma constitucional. Pero diferimos en cuanto al calificativo de simple en enunciado que el prestigioso comunicador le da al inciso 16 del artículo 8 de la Constitución de la República, que preconiza que «tanto la educación primaria, como la que se ofrezca en las escuelas agronómicas, vocacionales, artísticas, comerciales de artes manuales y de economía doméstica, serán gratuitas».

En una de las leyes formuladas por Julio Ortega Frier en tiempos de la ocupación militar norteamericana de 1916 quedó consignado el principio de la gratuidad de la educación básica, y desde entonces hasta nuestros días el pueblo dominicano no ha dejado de luchar por la vigencia de ese precepto. ¿Cuál ha sido el saldo de esa lucha? Juan Bolívar, en la llamada «era de Trujillo» apenas un 25% de la población de niños en edad escolar estaba matriculado en una de las no tantas escuelas que entonces existían; hoy, el 80 por ciento de los niños dominicanos de edades comprendidas entre los 5 y 13 años asiste a la escuela, es decir, ejerce el derecho constitucional de educarse. Tenemos un déficit que ronda las mil aulas y como el comunicador afirma, «el Estado no ha sido capaz de garantizar la educación primaria a todos nuestros niños». Pero, caro amigo, ello de ninguna manera significa que lo consignado en el inciso 16 del artículo 8 de la Constitución de la República sea «un simple enunciado».

Estimado amigo, como profesional en la materia, te aseguro que el Estado dominicano, al igual que casi todos los Estados de la América española, dispone de recursos económicos suficientes para educar a todos los niños, y que es posible que al término de esta gestión de gobierno no quede uno solo fuera del aula de clase. Claro está, todo va a depender de la voluntad política que se tenga.

En uno de sus primeros discursos, el presidente Leonel Fernández, refiriéndose al espinoso tema de las desigualdades de las oportunidades educativas, dijo: «Una de las metas que nos proponemos en el transcurso de éstos cuatro años en materia educativa es que la educación pública pueda tener los mismos niveles de calidad de los mejores colegios privados de la República Dominicana». Sabemos que con una deuda externa tan onerosa y un barril de petróleo tan caro es muy difícil, pero no decir imposible, que una meta como ésa pueda ser alcanzada; no obstante, estamos seguros que si todos empujamos en esa misma dirección, al final de esta gestión dispondríamos de un sistema de instrucción pública mucho mejor dotado que el que hoy tenemos.

Más del 80% de los niños dominicanos cursan estudios en escuelas públicas; y el número de estudiantes (más de 178 mil) matriculados en la UASD equivale a más del 50% del total de los que cursan estudios superiores; es decir, la escuela dominicana es mayoritariamente pública.

Estimado Juan Bolívar, de la UASD, como de cualquier otra universidad, egresan profesionales buenos, regulares y malos; eso sí, de la UASD egresan, no sólo los mejores, también, los profesionales, técnicos y artistas más dispuestos a servirle y a luchar por el bienestar del país. Leonel Fernández es un egresado de la UASD; Rafael Alburquerque es un egresado de la UASD; el presidente de la Suprema Corte de Justicia, el gobernador del Banco Central, el gobernador del Banco de Reservas, el secretario de Estado de Interior, el jefe de la Policía, la secretaria de Educación, la secretaria de Educación Superior son egresados de la universidad estatal lo mismo que casi todos los demás altos funcionarios de la nación, incluyendo los jueces de la Junta Central Electoral, egresaron de la UASD otros miles de profesionales, una «Miss Mundo» incluida, que hoy ocupan posiciones cimeras en la industria, en el comercio y en los medios de comunicación.

Me encantaría que Juan Bolívar Díaz enviara a uno de sus reporteros a la secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología a obtener informaciones de los resultados de las evaluaciones de las universidades llevadas a cabo por esa dependencia estatal, especialmente de los resultados de las evaluaciones a las escuelas de medicina, odontología y enfermería. Así, la opinión pública estaría mejor edificada con relación a cuáles o cuáles son las mejores universidades del país. La UASD es un ejemplo de convivencia democrática. Sus autoridades son elegidas mediante el voto universal con la participación de sus docentes, sus servidores administrativos y sus estudiantes. La libertad de cátedra es allí una realidad.

Una pregunta a Juan Bolívar Díaz: ¿qué organización de la sociedad civil de este país ha contribuido más a la vida en democracia y ha luchado más por la vigencia de los derechos ciudadanos que la UASD?

Me voy a permitir ofrecerle al amigo Juan Bolívar Díaz unos datos que obtuve del Libro de Grados y Títulos de la Dirección de Registro de la UASD: Entre los años de 1930 y 1961, es decir durante la llamada «Era de Trujillo» la Universidad estatal gradúó 6 mil 733 profesionales, un promedio de 217 graduados por año. Entre 1966-2004, del Movimiento Renovador en adelante, de la UASD han egresado 115 mil 281 profesionales, técnicos y artistas para un promedio de 2 mil 956 egresados por año, es decir, 13.6 veces más egresado por año que egresados por año en tiempos de la dictadura. Esto no sólo obedece al aumento poblacional; también, a que 1.9% de la población dominicana estudia en la UASD, lo que tuvo muy lejos de ocurrir en tiempos de la dictadura trujillista.

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