Los apuros “manituosos” de Freddy

Los apuros “manituosos” de Freddy

Si no coloqué los apellidos del personaje de este artículo se debe a que Freddy Beras Goico hace ya mucho tiempo que adquirió la condición de antonomástico.

Con las ocurrencias y las vivencias del justicieramente considerado el más completo artista dominicano se podría escribir un grueso volumen, que seguramente se convertiría en un éxito de ventas.

En una ocasión se encontraba el archiconocido seybano en una recepción acompañado de su esposa Pilar, y al echar un vistazo a su reloj reparó en que faltaban escasos minutos para el inicio del programa televisivo en el cual laboraba.

Freddy había sido abordado por uno de esos latosos que hacen chistes carentes de gracia a los humoristas, y para librarse de él dirigió su mano derecha hacia el lugar en el cual pensó que estaba su cónyuge.

Desafortunadamente Pilar se había apartado para conversar con alguno de los asistentes, y las palmas y los dedos del productor de televisión cayeron sobre las posaderas de otra dama.

La señora, de rostro y vestimenta oligárquicos, ahogó un grito, y se disponía a echarle un boche al presunto mano muerta, cuando reparó en que se trataba del genial comediante.

-¡Ay, doña, excúseme, pero pensé que mi mujer todavía estaba parada junto a mí- dijo Freddy, sintiendo en el rostro ardor semejante al de un estado febril.

-¿Eso significa que usted acostumbra aplicarle nalgadas afectuosas a su esposa, hasta en público? ¡Qué hermoso, que romántico! Ahora llamaré a mi esposo para que copie sus hábitos de marido cariñoso.

Y delante de Freddy cumplió su palabra, mientras el marido no encontraba lugar para esconder el rostro ruborizado.

Durante el curso de una aburrida fiesta, en la cual participaba con su inseparable compañera de mosquitero, se fue la luz, y nuestro personaje quiso aprovechar para escapar del tedioso ágape, por lo cual tanteó en la oscuridad los glúteos de Pilar.

-¡Fresco, indecente, atrevido!

La voz masculina sonó cerca de los oídos del artista, seguida de un fuerte puñetazo sobre sus hombros.

El autor de la agresión era un ex general policial, íntimo amigo de la pareja, y que había acudido con ellos a la fiesta.

Han transcurrido varios años desde aquel incidente, y Freddy dice con frecuencia que es uno de los pocos casos en que un marido ha sido golpeado por tocar a su esposa.

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