Los árboles

Los árboles

Todos los 5 de abril celebramos el Día del Árbol, una fecha que ahora mismo tiene que movernos a una gran reflexión acerca de cómo estamos cuidando este recurso natural.

Los árboles constituyen el pulmón natural por donde respira la vida.

Ellos nos ofrecen su sombra para cobijarnos; nos dan los frutos que nos alimentan y aprovechamos su madera para la fabricación de viviendas y confeccionar un sinfín de objetos. Purifican el aire, su verdor deleita la vista y la vida es más saludable cuando los tenemos cerca.

En República Dominicana se han talado millones de árboles, sin discriminación; por eso se ha agudizado la sequía año tras año, los ríos ya no tienen agua y las cordilleras están desnudas.

La tala de árboles ocurre sin planificación, solo ha primado el beneficio de unos pocos a costa de ese crimen ecológico; también influye la apatía y tolerancia de los funcionarios que tienen que ver con eso.

Cuando voy al Festival de Poesía en la Montaña, me da gusto ver cómo hacen desmonte de pinos en el Centro Salesiano de Jarabacoa, porque donde quiera que hay pinos cortados hay otra línea de sembrados que los van reemplazando.

Yo quisiera que en los hogares se fomente el amor por los árboles; y que lo haga también la escuela; que no se limite a las clases de botánica, sino que se aproveche el tema del árbol para las clases de lengua española, de arte, de geografía, de biología…
Que en cada una de estas materias se haga una aplicación del recurso árbol. Qué los niños los pinten, hagan composiciones, poesías, cuentos, creen historias, lean, investiguen las zonas donde se cultivan determinadas especies, las que están en peligro de extinción y las que han desaparecido. Pero también que hagan conciencia acerca de sus beneficios y por qué deben de cuidarlos.

Y que se entone el himno que compuso Ramón Emilio Jiménez que dice en la primera estrofa: “Es el árbol feliz, un amigo/que nos hace venir a jugar/y nos llama al placer de su abrigo/ para hacernos reír y gozar”, y concluye: “No ofendamos su dura corteza, /respetemos su vivo esplendor/porque el árbol nos da su riqueza/en la rama, en el fruto, en la flor”.

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