Los asesinos de John Fitzgerald Kennedy

Los asesinos de John Fitzgerald Kennedy

LEO BEATO
¿Quiénes planificaron el asesinato de JFK? ¿Quiénes fueron los que apretaron el gatillo?

¿La CIA, el FBI, el Mossad israelita? ¿La Cosa Nostra? (la Mafia italiana).

¿La Kosher Nostra (la Mafia judía) con Meyer Lanski a la cabeza?

¿El Vicepresidente Lyndon Johnson? ¿Elementos de la Policía de Dallas? ¿La Élite del Establishment? (The Bilderberg Group) ¿El chofer de la limousina que conducía a JFK y a su esposa Jackie Kennedy, el agente secreto William Greer? Todos fueron los responsables directa o indirectamente. El único que no tuvo nada que ver con el magnicidio fue el «acusado» Lee Harvey Oswald, quien fue el chivo expiatorio de la operación, el perfecto «patsy», palabra que en inglés se puede traducir como el «tonto útil para la desinformación», aunque él era también un «asset» (colaborador) de la CIA, como también lo fue Jack Rubinstein (Jack Ruby), el que luego asesinó a Oswald en el cuartel de la policía de Dallas y frente a las cámaras de televisión. La decepción masiva del siglo XX. Recordemos que más de 150 testigos han muerto bajo circunstancias sospechosas. ¿Que quiénes fueron los verdaderos culpables? Todos fueron culpables. Analicemos los hechos:

Kennedy y su hermano Robert, el Procurador de la Nación, habían estado persiguiendo a la Mafia (a la italiana y a la judía) a pesar de que éstos habían contribuido económicamente con su campaña presidencial. Lo mismo había sucedido con las autoridades israelitas de la época, a quienes les habían prometido antes de las elecciones que su política diplomática iba a ser pro Israel en contra de los palestinos y después comenzaron a exigir que se respetaran los derechos de los palestinos manteniendo una política neutral. JFK le declaró una guerra silenciosa a los grandes banqueros ordenando al Departamento del Tesoro que imprimiera dólares sin que el gobierno tuviera que pagar intereses a través de la Reserva Federal (compuesta por 12 bancos privados que, al mismo tiempo, funcionan como el Banco Central de los EE.UU.). Había dicho que se iba a deshacer de ellos.

Después del fiasco de la Bahía de Cochinos, que había heredado de la administración de Eisenhower, Kennedy desmanteló a la CIA relevando a la plana mayor de esa agencia debido al enorme fracaso de la operación y amenazando con que iba a clausurar la agencia por completo por haberse convertido en una especie de gobierno paralelo. Se enemistó también con el poderoso Edgar Hoover, el director del FBI, quien estaba vigilándolo desde el principio detrás de pruebas incriminatorias sobre sus relaciones con Marilyn Monroe, etc. Y, además, Kennedy había empezado a retirar las tropas norteamericanas del pantano de Vietnam siguiendo las sugerencias de Charles De Gaulle cuya nación, Francia, había fracasado en la península de Indochina después de décadas de inútiles combates por el control de la región. El Establishment necesitaba intensificar esa guerra como después lo hizo su sucesor, Lyndon Johnson. Por todas esas razones JFK se había convertido en un gran problema y había que quitarlo del medio a como diera lugar teniendo en cuenta y debido a que el pueblo estadounidense lo iba a reelegir en el año 1964. El crimen en si fue ejecutado por un conjunto de elementos provenientes de las agencias mencionadas y consistió en un fuego cruzado (de frente y del ala derecha del grassy knoll, el promontorio de yerba) llevado a cabo por francotiradores con rifles telescópicos automáticos, El famoso film Zapruder, confiscado después y adulterado, fue y es la mejor evidencia de lo que sucedió aquel sangriento viernes en Dealey Plaza en Dallas, Texas. La alteración del reporte médico original conducido en el Parkland Hospital en Dallas es también otra evidencia incontrovertible. La siguiente autopsia «oficial» efectuada en el Hospital Militar de Bethesda no tiene nada que ver con los hechos reales, pues consistió en una tergiversación para sostener el mito de que la bala que ultimó a JFK provino desde atrás y, de forma milagrosa y desafiando todas las leyes de la física, dio una vuelta e hirió también a John Connally, a la sazón Gobernador del estado de Texas. El chofer de la limusina, en lugar de pisar el acelerador hasta el fondo cuando detonó el primer disparo, como le habían enseñado durante su entrenamiento, lo que pisó fue el freno deteniéndose por completo por varios minutos, como si hubiera sido parte integral del complot que asesinó al Presidente. Cuando por fin decidió salir disparado ya era demasiado tarde, tal como sucedió con el Archiduque Ferdinando en Sarajevo, Bosnia, creando así las bases para la Primera Guerra Mundial. No es coincidencia que en la Dealey Plaza hoy día exista un obelisco donde se divisa una antorcha permanente como símbolo del magnicidio. Resulta, sin embargo, que el monumento mismo con su antorcha en su parte más alta es un símbolo luciferino por excelencia. ¿A quiénes se les ocurrió semejante mensaje? ¿Por qué existe tanta reticencia por parte del gobierno de no dejar que la verdad sobre los que asesinaron al 35mo. presidente norteamericano salga a la luz pública? Como en el caso de los extraterrestres que han estado aquí desde el principio se nos quiere mantener ignorantes. ¿No se deberán ambos fenómenos a la misma causa? ¿No serán los mismos responsables que han manipulando a la Humanidad desde el principio de los siglos? Solamente la Verdad nos hará libres.

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