Los asombros de la mente

Los asombros de la mente

Walter Rudolf Hess, Premio Nobel en Medicina y Fisiología 1949, aceptó con agrado la encomienda  de la Life Science Library, para que escribiera la Introducción para su próxima publicación titulada “The Mind” (La mente), que salió a la luz pública en 1964.  Adquirí el libro en aquel New York  de los años sesenta y, de vez en cuando el tomo asoma la cabeza (el lomo) y se hace presente en el estante donde vive.

  Afirma el Dr. Hess que nuestras impresiones están incorporadas a nuestros recuerdos y, por tanto, forman parte del corpus de nuestra experiencia.  “Nuestra conducta individual está determinada por la combinación de nuevas impresiones conjuntamente con el recuerdo de experiencias previas. La mente puede manejar situaciones complejas a través del uso de la abstracción y la combinación, y alcanzar conclusiones lógicas que podrían resultar en acciones decisivas o en ideas creativas” (…) “Pero existe un gran vacío en nuestro conocimiento, que debe  ser conectado por un puente y que permanece inquiriendo: ¿Cómo las acciones del sistema nervioso son trasladadas a lo consciente?”

   Yo diría que  pasando como  una bruma,  como una sombra, como una nube (tomando palabras de aquel poeta latino que decía “Sicut nubis, velut umbra”).

   Consciencia es lo que nos falta. Inteligente y beneficioso manejo de nuestras sensaciones, muchas de las cuales (usualmente las más dañinas) están enterradas hondamente en recuerdos no recordados pero palpitantes y actuantes. 

   Me entusiasma que continúe la persecución científica de los misterios de la mente, elusiva, resbaladiza, que se nos escurre entre los dedos. Que escapó de las inhumanas investigaciones que llevaban a cabo los crueles especialistas nazis y de otros que, todavía con la impunidad del Top Secret continúan realizando, aunque con  otra forma de crueldad, poderosos laboratorios investigativos de grandes potencias, buscando la forma de controlar la mente y robotizar la humanidad.

   Felicito a la dirección de este periódico por acoger, con la relevancia que merecen, los trabajos del Dr. José Silié Ruiz, divulgando en forma clara los temas complejos como los que semanalmente trata. ¿Me dirán que no es lectura para todo el mundo? Aceptado, pero sus trabajos pueden ser comprendidos, gracias a su inteligente claridad, que es mayor que cuando se trata  de temas de alta economía, que poca gente comprende, que solo sirven para que los pocos entendidos disientan, discutan sin remediar nada  y que no ayudan a una comprensión individual. A  dejar algo bueno y útil.  A   asomarse al misterio humano.

   El tema de “La plasticidad cerebral” es fascinante y nos toca a todos. No al exclusivo grupo de quienes manejan la alta economía, que se ríen “con la muela de atrás” cuando les dan consejos y advertencias.

   ¿De qué vale aconsejar un prudente manejo de los dineros del pueblo -de usted, de los demás-  si  no se escuchan, no se sienten, no  interesan las miserias del pueblo, que, aunque no lo parezca a primera vista, sí pagan impuestos y aportan mucho a los caudales que se derrochan, no voy a decir “medalaganariamente” porque esa fue una palabra que inventó mi padre para significar una realidad de esfuerzos.

   Con propósitos nobles, decentes y realistas.

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