Los ataques verbales de Putin contra EEUU

Los ataques verbales de Putin contra EEUU

Por C. J. CHIVERS C.
MOSCU —
Mucho del segundo mandato presidencial de Vladimir V. Putin, que empezó en 2004, ha sido definido por su creciente oposición a la política exterior de Estados Unidos y su revitalización de la influencia rusa.

Con las críticas por turnos convicentes y débiles, emotivas y petulantes, se ha hecho de un nombre en parte presentándose como un contrapeso para Estados Unidos y sus políticas en el extranjero.

Ha acusado a Estados Unidos de hipocresía, arrogancia, colonialismo, imprudencia y aventurismo militar, y de interferir en los asuntos internos de otros estados.

Así que cuando se presentó en la Plaza Roja el miércoles pasado, dando un discurso del Día de la Victoria en recuerdo de los soldados que murieron derrotando a la Alemania nazi, causó ciertos escalofríos en todo Occidente cuando dijo esto:

“El número de amenazas no está disminuyendo. Sólo se están transformando y cambiando de disfraz. Como durante la era del Tercer Reich, estas nuevas amenazas muestran el mismo desdén por la vida humana y reclaman la exclusividad y el dictado mundial”.

Nunca antes había parecido comparar a Estados Unidos con el Tercer Reich, incluso indirectamente, lo cual es lo que Sergei Markov, comentarista político cercano al Kremlin, dijo que había hecho.

El jueves, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo a diplomáticos estadounidenses que Putin no tenía a Estados Unidos en mente.

Los diplomáticos estadounidenses recibieron esa no disculpa con un encogimiento de hombros, dado el ritmo de los recientes ataques verbales de Putin.

Perdido en gran parte del estruendo estuvo un discurso público pronunciado por un destacado diplomático estadounidense el mismo día. Al hablar en Berlín, Daniel Fried, subsecretario para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, presentó su propio análisis de las tensas relaciones de Rusia con gran parte del Occidente, dando todo el reconocimiento a las nuevas tensiones pero aconsejándo justo lo opuesto a la histeria.

Los discursos contrarios ofrecieron vistazos, a través de marcos muy diferentes, de cómo los dos ex enemigos están luchando por definir los términos de su nueva relación.

Los problemas actuales, sugirió Fried, debieran ser vistos a través del lente de la historia, luego manejados metódicamente, una técnica que pudiera presumiblemente limar la arista emocional de cualquier declaración estridente.

“Rusia y Occidente han tratado uno con otro — en ocasiones bien, más a menudo con dificultad — desde al menos Pedro el Grande”, dijo Fried.

Añadió que lo que se necesitaba era un involucramiento sostenido, mezclado con firmeza, para tratar de ayudar a influir en Rusia durante su “transformación inacabada”.

Frieddd también puso en claro que Occidente no necesita sentirse totalmente impresionado por la postura ambiciosa de Putin.

Rusia sigue siendo en muchos sentidos subdesarrollada y estando desconectada de los valores occidentales, dijo, y eso debería seguirse tomando en cuenta.

“No queremos una Rusia débil, pero una Rusia fuerte debe serlo en términos del siglo XXI, no del siglo XIX”, dijo. “Un centro fuerte es parte de esta combinación saludable.

Pero un centro fuerte en un estado de instituciones débiles, no”.

Fried también llamó a Europa a enfrentarse al deseo de Rusia de continuar teniendo influencia sobre países que la Unión Soviética alguna vez ocupó, un recordatorio de que aun cuando Rusia se queja sobre lo que llama interferencia en sus propios asuntos internos apoya abiertamente a los separatistas en Georgia y Moldavia, y ha tratado de intimidar a Ucrania y los estados bálticos.

“No deberíamos pagar un precio por la cooperación, ni ser indulgentes con Rusia cuando se comporta como si le correspondiera una esfera de influencia residual sobre sus vecinos”, dijo.

El siguiente asalto en la pelea actual empieza la próxima semana, cuando la secretaria de Estado Condoleezza Rice tiene programado visitar ese país; en parte para reunirse con Putin y discutir las tensiones entre las dos naciones.

Rice dijo a un comité del Senado el jueves que le preocupa el comportamiento de Rusia interna y externamente.

“Ha sido un periodo difícil”, dijo.

Cuán difícil quedó claro en la cantidad de tiempo que Fried pasó hablando de ello.

En un discurso que analizó al mundo, con temas que fueron desde el terrorismo internacional hasta el calentamiento global, su llamado a calmadamente enfrentar el comportamiento de Rusia le tomó más de un tercio del tiempo.

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