Los autos pequeños recuperan terreno

Los autos pequeños recuperan terreno

DETROIT.- El entusiasmo por los coches más pequeños crece entre los fabricantes de automóviles en Estados Unidos tras el aumento de los precios del combustible, aunque en el país de la desmesura la reducción del tamaño de los vehículos sigue siendo bastante relativa.

El segmento de los coches pequeños —menos rentable y abandonado en los años 1990 por las camionetas pick-up y los SUV más grandes y más lucrativos— renace ahora por la necesidad de economizar energía y el interés por atraer compradores de menos de treinta años.

En un estudio reciente, el banco Merrill Lynch indicó que por primera vez en más de veinte años los autos recuperaron terreno frente a las camionetas.

Este fenómeno fue especialmente perceptible en el último trimestre del año 2005, cuando el impacto de los huracanes y el incremento del precio de la gasolina a más de $3 el galón afectó las preferencias de los estadounidenses en materia automotriz.

En el 2005, los coches pequeños fueron el 45.1% del mercado, contra el 44.3% del 2004. Y aunque el mercado de EEUU sólo ofrece una decena de modelos compactos, hay una recuperación de las ventas, de más de 10% en el 2005 comparado con el 2004.

Ante eso, los tres principales fabricantes japoneses, Toyota, Nissan y Honda, preparan el lanzamiento de nuevos modelos, y el estadounidense Ford sueña con hacerlo.

«El mercado norteamericano de los vehículos pequeños crecerá un 5% anual de aquí al 2008, hasta alcanzar más de la tercera parte de los coches vendidos’’, según las previsiones del segundo fabricante de EEUU.

Ford presentó el domingo, en el primer día del salón del automóvil de Detroit, un nuevo concepto de vehículo deportivo pequeño, dotado de dos puertas que se abren como alas de mariposa, bautizadas Reflex.

«Lo pequeño es grande’’, subrayó Ford, con la esperanza de convertir su prototipo en una de las «estrellas del salón del automóvil, que refleja una tendencia creciente e importante en Estados Unidos’’.

Este modelo, que además tiene un motor híbrido diesel-eléctrico, «está perfectamente diseñado para satisfacer el gusto de los jóvenes compradores estadounidenses, pero también consume poco combustible’’, destacó Ford. Aunque está lejos de la pequeñez del europeo Mini, e incluso de los Smart, del fabricante germano-estadounidense DaimlerChrysler, el nuevo modelo de Ford aparece como una respuesta al cambio de las expectativas de los automovilistas.

«En el pasado, el mercado se caracterizaba por la venta de los SUV. En lo sucesivo, los consumidores estadounidenses se volcarán hacia vehículos más pequeños y menos gastadores’’, señaló Wolfgang Bernhard, presidente de VW.

Tres grandes buscan raíces de creatividad
Detroit (EEUU) (EFE).-
En medio de una de sus peores crisis, los fabricantes estadounidenses están volviendo a la edad de oro del automóvil en el país, los años 1960 y 1970, en busca de inspiración y de ideas que apasionen al consumidor de EE.UU.

General Motors, Ford y Chrysler, los Tres Grandes de Detroit, han desplegado en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica lo que denominan la vuelta al «espíritu americano» en una mezcla de apelación al espíritu patriótico de los consumidores y la búsqueda de las raíces de creatividad.

General Motors ha sido el último en sumarse a la moda con la presentación el lunes de su prototipo del Chevrolet Camaro, un deportivo que vivió su época dorada en los años 1960 y 1970 y que todavía cuenta con decenas de miles de entusiastas en el país.

Como muestra, GM estima que la presentación del concepto para un nuevo Camaro fue seguida en directo por alrededor de 100.000 personas a través de internet. El nuevo Camaro tiene un diseño que mantiene muchas de las líneas del modelo original, un motor V8 de 400 caballos de potencia inspirado en el del Corvette, construido en aluminio y acoplado a una transmisión manual de seis velocidades que transmite toda la potencia al eje trasero del vehículo.

El chasis está montado sobre una suspensión independiente en las cuatros ruedas y de la carrocería destaca el pronunciado capó, el frontal en V, las aperturas de ventilación en la carrocería en las ruedas traseras y el muscular diseño de la trasera. Bob Lutz, vicepresidente del consejo de administración de General Motors, señaló que para que la empresa pueda hacer dinero con la producción del nuevo Camaro, Chevrolet tendría que vender entre 150.000 y 160.000 unidades al año.

En el 2005, Ford vendió 160.975 unidades del Mustang, un 24 por ciento más que en el 2004, tras someterlo a una profunda remodelación que lo acercó al modelo de los años 1960, el que se convirtió en uno de los grandes nombres del automóvil en EE.UU. Pero el éxito del Ford Mustang -y el efecto que ha tenido para la marca la recuperación con éxito del coche deportivo por excelencia de Ford- está haciendo pensar a los fabricantes que hay dinero en su pasado histórico.

Chrysler ya lo ha demostrado con otro tipo de producto, el PT Cruiser, un coche con un diseño «retro» que rememora vehículos de la década de los años 1940. Chevrolet le ha seguido este año con el HHR, un producto similar. Precisamente el grupo Chrysler reveló el domingo pasado su concepto para revivir otro nombre con mucho músculo e historia detrás, el Dodge Challenger. La propuesta del Challenger, presentada en el salón de Detroit, cuenta con un motor SRT HEMI de 6,1 litros en V8 que desarrolla 425 caballos acoplados a una transmisión de seis velocidades.

Decorado en un naranja chillón con bandas negras sobre el capó, la gente de Chrysler ha calificado el nuevo Challenger como «un homenaje visual» al vehículo original de 1970 y que sigue contando con numerosos entusiastas en Estados Unidos.

Estos coches son una muestra de «esquizofrenia» en una época en el que priman el ahorro de gasolina, los vehículos de dimensiones más reducidas y los coches híbridos.

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