Los avances en la implantología dental

Los  avances en la implantología dental

Los implantes dentales han acompañado a la humanidad por siglos, reemplazando las piezas dentales de vivos y muertos; lo cual nos da una idea bastante clara de la importancia cultural, social y biológica que siempre han tenido.

De este modo, no es solo la parte estética (que preocupaba tanto a nuestros antepasados-al punto de colocar implantes a una persona fallecida para mejorar su apariencia), lo que está en juego al perder uno o más dientes: hay una atrofiación muscular y ósea , pérdida de la función dental (trituración de los alimentos) y hasta pueden producirse cambios fonéticos, en algunos casos, que dificulten el habla.

Tampoco está de más decir que un diente ausente puede perjudicar a su contraparte. Por ejemplo, en el caso de perder los molares inferiores, los superiores pueden salirse de sus alveólos igualmente (las cavidades que alojan al diente) al no producirse la oclusión o mordida. Choques que estimulan el periodonto (los tejidos que soportan al diente), dándole firmeza. A ésto se le conoce como “extrusión dental”.
La explicación viene del joven odontólogo Jaime Bretón, especialista en implantología y cirugía bucal, y un apasionado en la materia.

Bretón es quien nos introduce a este fascinante mundo de la implantología y nos explica algunos de los avances más significativos que ha experimentado.
El titanio de Branemark. Ahora bien, ¿qué es un implante? “Un implante es un dispositivo de aleación de titanio, que hace la función de una raíz dentaria con el objetivo de devolver al paciente la función, la fonética, la estética”, define Bretón.
“La implantología se divide en dos partes: la parte quirúrgica y la parte protésica”- donde se coloca la corona dental, es decir, la parte del diente que está a la vista.

“El paciente llega a la consulta buscando dientes, no tornillos”, bromea Bretón, consciente de que la media de la población ignora estas cuestiones básicas de la odontología y que por demás, tienen un pasado muy interesante.

A lo largo de la historia se se utilizaron un variado y peculiar grupo de “dientes artificiales” para pacientes edéntulos, que van desde piedras y fragmentos de conchas hasta metales preciosos como el oro o la plata.

Sin embargo, no sería sino hasta la década de 1960 cuando se daría con el material perfecto para los implantes dentales una vez descartadas: el ortopeda sueco Per-Ingvar Branemark y sus colaboradores descubrieron accidentalmente, que era el titanio, mientras realizaban estudios sobre la microcirculación.

Éste se adhería excelentemente al hueso, en un fenómeno que pasaría a llamarse oseintegración. Branemark pasó luego a desarrollar su modelo de implante atornillado el cual ha tenido un éxito sin precedentes.

En la actualidad se ha demostrado que el titanio de grado cuatro es el más biocompatible al hueso, evitando reacciones de rechazo por parte del organismo como ocurría con las aleaciones que se usaban anteriormente.

Por otra parte hoy en día es posible, gracias a los avances tecnológicos, realizar una “carga inmediata” o lo que es lo mismo, la colocación de la corona definitiva tras el implante.

Antes debía esperarse de unos tres a seis meses para realizar este procedimiento mientras que ahora puede hacerse en un mismo día. Claro está, intervendrán otros factores como el tipo de hueso en el que se realiza el implante, si es cortical, que es el más duro (tipos 1 y 2) o medular, el más esponjoso (3 y 4), siendo el primero el ideal para estos fines ya que el implante debe tener una firmeza o “estabilidad primaria de más de 45 Newton”.

Otro avance importante en la implantología es la regeneración ósea guiada que se aplica en casos en los que hay una deformidad ósea, en la que el hueso necesita ganar tanto altura como anchura para la colocación de un implante, y que se rellena con hueso humano, animal o material sintético.

La era digital de la odontología. La implantología digital o cirugía guiada representa el nuevo salto tecnológico para esta rama de la odontología, en la que un ordenador, a partir de imágenes 3D de una tomografía computarizada “planifica la cirugía” indicándole al especialista qué tipo de implante debe colocar, su tamaño y diámetro exacto. Es lo que se conoce como “guía quirúrgica personalizada”, un molde con todas las especificidades del conjunto dentario que previene al especialista de cometer algún error en la colocación del implante. Este tipo de procedimiento reduce el tiempo quirúrgico, entre muchas otras ventajas.

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