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En las dos últimas temporadas, el bate de José Bautista ha sido prácticamente el único punto luminoso que han enseñado los Azulejos de Toronto.
¿Y cómo no? Este hombre ha conectado 97 vuelacercas desde el inicio de la temporada del 2010, pero el conjunto canadiense no ha podido batallar en la potente División Este de la Liga Americana.
Por eso la gerencia de Alex Anthopoulos hizo precisamente lo que se esperaba: fortalecer el bullpen.
El primer movimiento del descendiente de griegos fue adquirir un cerrador de verdad al lograr un cambio con los Medias Blancas por Sergio Santos.
Santos viene de rescatar 30 partidos con los Medias Blancas de Chicago en el 2011 por lo que este nuevo brazo debe servir para apagar algunas amenazas en el noveno episodio.
Como si no fuera poco, Anthopoulos no se limitó a Santos sino que trajo otro cerrador, en la figura del dominicano Francisco Cordero, que aunque está programado para ser el preparador de mesa de Santos, podría llenar el hueco en caso de que el chicano se meta en problemas en algún momento de la campaña.
En la rotación abridora, Ricky Romero (15-12, 2.92) sigue siendo la piedra angular, y los Azulejos esperan algo más de madurez de Kyle Drabek, Brandon Morrow y Brett Cecil.
Este es el punto más flaco del conjunto al comienzo del 2012 aunque no se descarta que todavía puedan hacerse algunas adquisiciones que le cambien la cara a una rotación abridora muy joven pero que tiene el techo muy alto para los próximos años.
Además, con la integración de un segundo wild card para cada liga (algo que todavía debe oficializarse) no se puede descartar de plano a Toronto.
La ofensiva. El bate de José Bautista es el alma y corazón de los Azulejos.
El año pasado demostró que sus 54 cuadrangulares del 2010 no habían sido suerte, y lo hizo de la mejor manera posible.
Aumentó 42 puntos en su promedio de bateo para terminar con .302 en comparación con el 2010 y además sacó 43 pelotas del parque para liderar en jonrones por segundo año consecutivo.
Asimismo, tuvo su segunda campaña seguida con más de 100 empujadas, al terminar con 103.
Bautista no está solo en la alineación de Toronto, que cuenta con Adam Lind (.251-26-87) para jugar en la inicial y con Edwin Encarnación para hacer esas mismas funciones y las de bateador designado (.272-17-55).
El receptor J.P. Arencibia (23 jonrones y 78 remolcadas) también está llamado a ser una pieza clave de la ofensiva.
Los Azulejos lograron jugar para .500 la pasada temporada, básicamente arañando en los partidos cerrados porque su pitcheo no respondía de la mejor manera.
El dirigente John Farrell tiene un gran reto nuevamente en un Este que luce más fortalecido, pero también tendrá herramientas para poder responder.
Pero los Azulejos de Toronto, por lo menos, lucen con más probabilidades de competir gracias a las adquisiciones que se realizaron en la temporada muerta para lidiar el duelo con Yanquis de Nueva York, Medias Rojas de Boston y los Rays de Tampa Bay.
El protagonista
John Farrell
Dirigente
Destacado. El ex coach de pitcheo de los Medias Rojas de Boston regresa para su segunda temporada con el mando de las decisiones de los Azulejos de Toronto. Farrell hizo muy buen trabajo en su primera oportunidad el año pasado, logrando mejorar a un equipo joven y sacando lo mejor de algunas figuras de la rotación abridora, dándoles confianza así como mantuvo contento al toletero José Bautista, que había logrado su estatus con el anterior capataz, en la persona del veterano y ya retirado Cito Gaston.
