Los banilejos anhelan
el abril electoral

Los banilejos anhelan<BR>el abril electoral

Importantes provincias del país tienen la dicha de contar, entre sus hijos más notables, a políticos que desde sus funciones oficiales se desviven por ayudar a sus lugares de origen en la obtención de la ayuda del gobierno para la ejecución de diversas obras requeridas por las mismas. Gracias a esos cabildeos y su fuerza política, los presidentes de turno acceden con las obras solicitadas.

Santiago, Moca, Salcedo, San Juan, El Seybo, San Cristóbal, etcétera, son ejemplos de cómo sus hijos, políticamente encumbrados, obtienen casi todo lo que le solicitan al presidente de turno para sus comunidades, mientras otras languidecen y tan solo reciben poca atención por carecer de políticos sintonizados con las necesidades de las mismas.

Baní parece ser de las ciudades, así como su entorno geográfico, en que los gobiernos solo se acuerdan en tiempo de elecciones. Aparentemente, en una acción precipitada, anuncian obras o las inician para poder compensar lo que los políticos banilejos oficialistas no pueden lograr en sus peregrinajes constantes a los ministerios en búsqueda de ayuda para la provincia peraviana.

Por eso vemos cómo, para las elecciones presidenciales del 2008, semanas antes del 16 de mayo, se le dio inicio a la construcción del acueducto de Baní, que todavía es la necesidad prioritaria de la ciudad y sus alrededores. En ese mes de abril del 2008 vimos cómo la calle principal, después de una ceremonia en la parte alta de la población, fue zanjeada con una zanja de más de cuatro kilómetros para enterrar una tubería de 12 pulgadas de diámetro, que no lleva agua a ninguna parte. Al poco tiempo se paralizaron los trabajos y desapareció la empresa que puso su dinero y supuestamente tenía el contrato.

El pasado día 20 de abril el gobierno sometió al Congreso un crédito español por 113 millones de dólares para la construcción del acueducto, cuyo costo ahora es superior en unos 40 millones de dólares al presupuesto original. De nuevo vemos la maniobra política de anunciar una gran obra para Baní, semanas antes de unas elecciones, ya que los políticos oficialistas no lograron un apoyo superior a su labor en su pueblo.

 Así mismo, se anunció el inicio de otra obra necesaria para la seguridad de Baní, que es el encauzamiento del río, que con una frecuencia fuera de lo normal, fruto de los cambios climáticos, está experimentando desbordes peligrosos que afectan varias zonas de la población en destructivas crecientes. Esta obra era otra necesidad sentida de los banilejos, y como siempre, en vísperas de elecciones, se les brinda el regalo a los sureños.

También, en abril del 2000 se inició la construcción de la autopista San Cristóbal-Baní, que ahora diez años después, se percibe su terminación para los meses finales del año.

Ojalá que no haya que esperar hasta abril del 2012 para que el gobierno anuncie la construcción de la avenida de Circunvalación norte para encauzar todo el tránsito hacia y desde el sur fuera de Baní. Las calles de la población ya están saturadas con el tránsito actual por su reducido ancho y obliga a perder mucho tiempo para recorrer menos de dos kilómetros para salir de la ciudad hacia Azua o a la capital.

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