Aunque le gustaba el arroz con pollo, el sancocho de gallina y el requesón, a la hora de una recepción u otra actividad oficial a Rafael Leónidas Trujillo le gustaba la comida de calidad.
Jamón, queso importado, caviar, pescado y carne, panecillos, pastelitos y croquetas eran algunos de los platos que disfrutaban quienes asistían a una fiesta en la que El Jefe estaba presente.
¿Quiénes preparaban esos banquetes durante la Era?
Por citar algunos, estuvieron el chef Mike Mercedes, quien llegó a cocinar para la familia Trujillo y preparó el pastel de bodas cuando se casó Negro Trujillo.
También Quico Pou, especialista en la preparación de banquetes, quien trabajó en los restaurantes Hollywood, y El Pony de la Feria Ganadera.
Él ya conocía las exigencias de Trujillo en cuanto a esos asuntos y, según explica Manuel Guerrero Pou, quien durante un tiempo se desempeñó como jefe de Protocolo durante esa época, Trujillo quería sobresalir siempre.
Destacó que mientras le correspondió ejercer como jefe de Protocolo, se daban banquetes regios, suntuosos, tanto del Gobierno como de las embajadas, ya fuera por un aniversario, fiesta o la conmemoración de algún acontecimiento patrio.
En el Palacio Nacional se ofrecían unos banquetes lujosos. Había caviar, Trujillo quería parecer como un príncipe, agrega.
Guerrero Pou aclara que su cargo era muy técnico: La gente creía que quizás fui un incondicional de Trujillo, pero tenía que estar cerca de él y veía cuáles eran sus hábitos, cómo se incomodaba y cómo exigía.
Por otra parte, el escritor Federico Jóvine Bermúdez recuerda que los banquetes que se hacían en su pueblo natal, San Pedro de Macorís, los preparaban las hermanas Richiez Acevedo, a quienes catalogó como excelentes cocineras.
Relata que ellas hacían picaderas, como croquetas y pastelitos.
Si se realizaba una actividad en el Partido Dominicano o la Gobernación lo hacían las Richiez; sin embargo, si Trujillo iba a otro lugar, los banquetes los preparaba otra persona, indicó Jóvine.
Otra que estuvo activa por 10 años durante la Era fue Altagracia viuda Thomén, quien fue profesora de Etiqueta y Protocolo.
Ella recuerda que los banquetes se hacían en lo que es hoy el Museo de las Casas Reales y que los suplía un señor de origen puertorriqueño llamado Ernesto Benítez, que entonces tenía el hotel Fausto.
También destacó que en ocasiones María Martínez mandaba a preparar algunos banquetes porque ella sabía de esos asuntos.
Ella mandaba hacer cosas al hotel Fausto, como palomas rellenas, agrega Altagracia, quien comentó que esa época no era como la actual.
Antes se ordenaban cosas a Puerto Rico, porque no se conseguían en el país, manifestó.
Un aspecto a destacar es que en ese tiempo no existía lo que hoy llamamos catering, empresas especializadas en preparar la comida para grandes eventos como hoy es Deco Buffet, que preparó una cena de gala en honor al presidente Fidel Castro en el Palacio Nacional, el almuerzo y recepción de la toma de posesión de Hipólito Mejia, la boda del presidente Leonel Fernández y Margarita Cedeño, entre otras.
Aunque Trujillo prefería la gastronomía criolla, le gustaba gastar mucho en lo bueno y botar la casa por la ventana en esos banquetes de los cuales él o miembros de su familia formaban parte.