Rica en sales minerales, hierro, fósforo, calcio y vitaminas; ayuda al crecimiento y fortifica los huesos. Es una excelente opción para mejorar la digestión de algunos alimentos.

Desde la antigüedad, la miel es conocida por sus múltiples beneficios. Se decía que su consumo diario ayudaba a alcanzar la longevidad y hasta Mahoma aseguró que era un remedio infalible para todas las enfermedades.

En la actualidad sus poderes curativos siguen vigentes. Por ejemplo, se usa en caso de una gran variedad de enfermedades respiratorias. También es recomendada para mejorar el rendimiento físico y sexual; y facilita la digestión y asimilación de alimentos que le “caen pesados” al organismo. En el caso de los niños, les ayuda a asimilar el calcio y el magnesio. Algunos usos – Sus propiedades no sólo son terapéuticas sino que también se explotan en el campo cosmético, sobre todo para el rostro.