La implementación de los bonos habitacionales para la adquisición de viviendas económicas ha traído consigo una reducción de los precios de las mismas.
Así mismo con el establecimiento de fideicomisos y la creación de fiduciarias, ambas figuras amparadas en la Ley 189-11 sobre el desarrollo del mercado hipotecario y el fideicomiso, también se ha traducido en una reducción de las tasas de interés y aumento de los plazos de los financiamientos al sector inmobiliario.
Así lo afirmaron los directivos de la Asociación de Empresas Inmobiliarias (AEI), quienes resaltaron que la aplicación del bono tierra y del bono ITBIS ha contribuido a que más dominicanos puedan tener acceso a una vivienda digna.
La Ley del Fideicomiso contempla que todo Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) que la empresa constructora paga durante el proceso constructivo de la vivienda, será devuelto como bono al adquiriente, a esto se le conoce como bono ITBIS o habitacional. Se considera que este valor es alrededor del 8% del precio de venta.

Otro de los bonos que se establece en la ley es el bono tierra, que se refiere a que si el proyecto se realiza a través de una alianza público-privada, en donde el Estado es el dueño de la tierra, aplica una reducción en el precio. Ambos bonos se pueden aplicar en un proyectos haciendo aún más bajo el precio de las unidades habitacionales.

Los directivos de la AEI; Carmen Rosa Anico, presidenta; Raysa Jiminián, primera vicepresidenta; Franklin Justo, secretario; Benjamín Urbáez, vocal, y Jordi Albertus, segundo vocal, al participar en el Encuentro Económico de HOY enfatizaron la importancia de que estos bonos se estén aplicando para que personas de escasos recursos puedan adquirir sus vivienda con más facilidad y además contribuye a disminuir el déficit habitacional del país.

Urbáez indicó que el bono ITBIS puede ser de 125 mil, 150 mil o 200 mil pesos, dependiendo el precio de la vivienda, y es un dinero que se iba a pagar de impuesto y que se le descuenta al precio final o al inicial del comprador.
En cuando al bono tierra, un ejemplo de este es el proyecto de Ciudad Juan Bosch, Anico precisó que esto es un buen ejemplo de proyecto en alianza público-privado y llamó al Estado a continuar apoyando este tipo de obras porque hay un alto índice de déficit de vivienda.
Mejores tasas y más fiduciarias. La presidenta de la AEI destacó que la figura del fideicomiso ha llevado a grandes desarrollos en el mercado de la vivienda, como por ejemplo, que los bancos mejoren las tasas de interés y los plazos sean más largos, y también ha mejorado las facilidades que otorgan los promotores.
Así mismo ha llevado a bajar los costos para adquirir una vivienda y a mejorar la calidad de las mismas, pues hay múltiples opciones en el mercado.
Anico expreso que la ley 189-11 ha atraído a todo el sistema financiero y los bancos, asociaciones de ahorros y préstamos y hasta las cooperativas, las cuales han tomado acciones para participar en el fideicomiso. Precisó que se están creando fiduciarias ya que estas se encargan de garantizar el manejo de los recursos y de darle continuidad a los proyectos.
Resaltó que en el fideicomiso intervienen tres partes: el que tiene la tierra, el que la desarrolla y el que maneja los recursos, y estos no son solo para viviendas económicas sino para todo tipo de proyectos.
Explicó que la Ley de Fideicomiso le da a los adquirientes la seguridad de invertir en proyectos en los cuales hay un tercero envuelto (fiduciario) como garante de cumplimiento de lo acordado. Asimismo, el promotor se beneficia con el aumento de la demanda, pues solo se construyen los proyectos cuyas ventas están aseguradas (punto de equilibrio alcanzado), es decir, si un proyecto es de 400 apartamento es viable si se venden 225 apartamentos. “El fideicomiso ha dado confianza a los adquirientes y ha eliminado esa mala práctica de que al entregar el dinero del depósito, el proyecto luego no se haga. Imagina tu invertir los ahorros de toda una vida y después no sepa que van a hacer con ese dinero”, expresó.