Los borrachos en flor

Los borrachos en flor

Se ha dicho que no hay cosa más agradable que un hombre “achispado”; o sea, cuando solo ha bebido dos copas. Parece que esta opinión surgió en Rusia o en Finlandia, países donde hace frío y es necesario en ocasiones recurrir al aguardiente para calentarse. El poeta y novelista ruso León Tolstoi difundió esta observación sobre la conducta de los bebedores. Antes de llegar a la necedad o a la impertinencia, el borracho suele ser simpático, penetrante y veraz. Es posible que durante ese periodo de los efectos del alcohol, el sujeto se atreva a hacer “grandes revelaciones”. Unas veces sobre su vida privada, otras sobre los acontecimientos políticos.

Algunos periodistas conversadores, concurrentes habituales en las barras de moda, les llaman “borrachos en flor”. Son personas con pocas inhibiciones, que se sienten felices y dueños de sí mismos. Movidos por impulsos generosos abrazan a sus amigos y les expresan su solidaridad. Pero no han perdido el juicio, ni la capacidad para hilvanar historias coherentes. En esos momentos especiales de “descontrol” parcial y “respeto por la amistad”, podríamos escuchar “verdades espantosas”: acerca de los partidos políticos, acerca de funcionarios y dirigentes; también en conexión con negocios, lícitos e ilícitos. El “borracho en flor”, generalmente, hace su “catarsis” antes de que su mujer lo llame y “reclame su presencia”.

Los contertulios que quedan, tras la salida del “achispado”, se dedican entonces al análisis y a la crítica de las “cosas tremendas” que acaban de oír de la boca del amigo. –La verdad es que así los dominicanos no podremos salir del hoyo en que nos tienen metidos los políticos. –Lo que nuestro amigo no dice es que “eso no comenzó ahora”; cuando la gente suya estaba en el poder, la cosa era igual.

–La política es un concurso de trapacerías. Él tiene razón en todo lo que dice. Se han enriquecido “hasta decir ya”. Pero no han hecho nada para que se resuelva el problema de la energía eléctrica, el de la delincuencia, el flujo de inmigrantes. La responsabilidad, el sentido común, como él dijo, ha faltado en los últimos veinte años. –Es verdad; pero ellos, por lo menos, intentan llegar al poder. Nosotros…. hablamos y bebemos.

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