Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
A menos de diez meses de las elecciones de medio término, la Junta Central Electoral se apresura para tener todo listo cuando llegue el momento. Los que parecen más atrasados en sus preparativos son los partidos políticos que se disputarán las curules en el congreso y sus respectivos sillones en los diversas salas capitulares de los cada vez más numerosos ayuntamientos del país.
La nominación de candidatos a diputados y senadores todavía no está clara, como tampoco la de regidores o síndicos. Pero por lo que puede vislumbrarse, habrá fuertes luchas entre correligionarios, primero, y entre adversarios de partidos diferentes, después.
El punto de equilibrio de las fuerzas políticas cambiará de lugar, sin duda alguna. Habrá más diputados de éste partido, menos senadores de éste otro y el mapa de los municipios cambiará de colores para formar otro mosaico.
Pero¼ aparte de esos cambios¼ ¿qué otra cosa cambiará? ¿Serán diferentes las mentalidades de los nuevos legisladores? ¿Vienen apertrechados con verdadera vocación de servicio los síndicos de nuevo cuño? ¿Serán más exigentes consigo mismos los futuros funcionarios electos?
Los electores seremos responsables, en gran medida, de las respuestas a estas interrogantes. A la hora de votar, dejemos a un lado el amiguismo y exploremos cuáles son los mejores candidatos, sin fijarnos en los colores partidistas.
Empecemos desde ahora a estudiar a los mejores, sin fijarnos a qué partido pertenecen. Faltan menos de diez meses. No queda mucho tiempo.
