Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
(Con relación a mi columna ¿Apocalipsis? publicada el sábado, recibí la siguiente carta que me parece bien compartir con mis lectores):
Buenos días. Esto lo iba a poner en la parte de los comentarios dedicada en el diario a los lectores, pero me ha parecido pertinente hacérselo llegar por esta vía, en el entendido que de esta manera mantengo estos comentarios al margen de interpretaciones aviesas e interesadas, como si las nuestras no lo fueran.
Bueno, esto del terrorismo tiene sus bemoles, pues a menos que querramos poner la carreta delante del burro, no debe olvidársenos ni un momento que antes de lo de Irak no teníamos la preocupación de estos actos de terrorismo en las grandes ciudades occidentales. Por otra parte, si el mentado Bin Laden es el autor intelectual de estas barbaridades, no menos cierto es que este Frankenstein de las bombas es creación Made In USA, los cuales están cosechando lo que sembraron, igualito que con Pinochet y Videla, por citar solo tres casos en que los intereses imperiales han estado por encima de los intereses de los pueblos respectivos donde estas bestias han hecho sus fechorías. ¿O acaso les importó a los EEUU nuestro sufrimiento de tres décadas con Trujillo mientras este se mantuvo como el paladín del anticomunismo en América? Asi mismo, cuando tuvieron que utilizar la mano derecha del diablo para defender sus intereses, lo hicieron, pero como no le cortaron la izquierda, ahora el demonio apunta a otra parte.
Y que conste, el terrorismo -como lo sabe usted por ser una persona ilustrada- ha sido condenado por todos los grandes líderes -de derecha y izquierda-, pues todos saben que matando civiles no se llega a ninguna parte. Fíjese que digo «civiles», no inocentes, pues en la mentalidad torcida de un terrorista -viejo y nuevo- todos somos culpables, unos por ser soldados del régimen al que ellos se oponen, y los demás, los que no portamos armas, por el hecho de disfrutar del sistema que permite que pasen las barbarides por ellos denunciadas. Desde esa óptica, pues esto va a seguir por largo tiempo, a menos que se detengan las causas que le dan motivación a esta gente para seguir inmolándose en persona o a distancia.
Y tome nota de que en los grandes titulares, en las pomposas declaraciones de los líderes mundiales, ninguno se ha atrevido a denunciar las causas de tanta barbarie, pues si diez años de embargo a Irak, con bombardeos casi a diario, con casi un millón de muertos atribuídos a esto, no son causa suficiente para calentarle a cualquiera el cerebro, usted dirá. Y no me olvido de lo de Palestina e Israel, que es harina del mismo costal.
Como se ve, las causas que estas mentes enfermas alegan para cometer estos actos deleznables, son múltiples y dada la filosofía de vida de los creyentes de esa parte del mundo, todo se combina de una manera bien volátil para que no vivamos tranquilos.
Insisto: si no comenzamos por ser sinceros y atacar las verdaderas causas del terrorismo, seguiremos viendo atrocidades como la de Londres, ya vista en Madrid, en NY, en Washington y en Tel-Aviv.
Se le saluda con deferencia.
F. Castellanos.
