Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
De ninguna manera, bajo ningún concepto, jamás de los jamases, nunca nunca nunca me van a ver a mí justificando un acto de violencia. Pero eso no quiere decir que no comprenda por qué muchas veces la gente pierde la paciencia y llega hasta cometer hechos vandálicos fuera de todo control.
Uno de esos casos es el del albergue Ciudad del Niño en San Rafael del Yuma, cuyos administradores fueron favorecidos con una extraña sentencia de No Ha Lugar después de haber sido seriamente implicados en la violación de trece niños que estaban bajo su cuidado.
La indignación colectiva ha rebosado todos los límites a lo largo y ancho del país, y muy especialmente en la región oriental, por razones de proximidad al lugar donde ocurrieron los hechos. Talvez debido a que los implicados tienen vínculos de carácter religioso, el primer blanco de la ira popular ante la aparente inutilidad de la justicia ha sido la capilla católica del albergue donde se abusó de los niños violados. Pero después siguió una marcha de protesta popular por las calles de San Rafael del Yuma, y quién sabe lo que vendrá después.
Como dice la sentencia bíblica: aquellos polvos trajeron estos lodos. Y como nos enseñaron en la clase de físico cuando éramos escolares: toda acción produce una reacción.
La justicia tiene que ser efectiva y no puede darle chance a la impunidad. La repetición de hechos similares al que comentamos podria dar lugar a reacciones violentas de la sociedad, que nadie podrá controlar. Todavía estamos a tiempo de evitar que esto ocurra.
