Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
El señor Daniel Cruz, quien me hace el favor de leerme, expone en una carta su desacuerdo con mi enfoque sobre la proliferación de armas de fuego. Y como yo creo en eso de la diversidad de criterios, publico su carta a continuación:
Uno de los temas asiduos del doctor Rafael Molina Morillo, periodista que honra la comunicación social del país, es la proliferación de armas de fuego que afecta a nuestra sociedad. Y si reparamos en las estadísticas sobre los accidentes y homicidios con tales artefactos, así como de las víctimas de balas perdidas, concluimos en que no le faltan razones.
Con lo que no estamos de acuerdo es con su criterio de que las facilidades que dan las autoridades para la regularización del porte y la tenencia de armas de fuego constituyen un estímulo a la proliferación de tan terribles instrumentos.
Particularmente, los juicios del director del diario El Día fueron expuestos de manera reiterada, en artículos editoriales y bajo su firma, a finales del año pasado, con motivo de la inauguración de un nuevo sistema computarizado para la expedición de licencias para el porte y la tenencia de armas de fuego. Y se han renovado en estos días ver su artículo Armas súper fáciles, publicado el 17 del corriente en el periódico Hoy con la información sobre la firma de un acuerdo entre el Banco de Reservas y la Secretaría de Interior y Policía. Conforme ese acuerdo en todas las sucursales de la dependencia bancaria se podrá efectuar el pago de la renovación o la expedición de las licencias que autorizan el porte o la tenencia de armas de fuego.
Parece que el doctor Molina Morillo no repara en que la expedición de la licencia no crea el arma, como tampoco la expedición de un acta de nacimiento crea al niño o a la niña declarado. La licencia que expide Interior y Policía lo que hace es regular el arma que, después de fabricada, ya ha sido introducida al mercado y ha sido adquirida por el interesado en portarla o tenerla o en ambas a la vez. Y esa, precisamente, es una de las responsabilidades de las autoridades.
El controlar las armas mediante licencia permite a las autoridades su ubicación, lo que es de interés en asunto de seguridad nacional y de investigación criminológica, entre otros.
Si se asumiera el criterio del doctor Molina Morillo, a los países con problema de densidad poblacional les resultaría fácil controlar la natalidad, pues sólo tendrían que prohibir la expedición del acta de nacimiento. Lamentablemente, el asunto no es tan fácil, porque el acta lo que hace es regular una situación el nacimiento de una criatura que ya existía, reconocer una responsabilidad paterna y materna, que, a su vez, crea derechos y deberes.
Es loable la preocupación del director de El Día por la abundancia de armas de fuego en nuestro país, pero ese mal tiene otras causas y requiere otros remedios, algunos de los cuales, a nuestro juicio, empiezan, precisamente, por su regulación.
(Hasta aquí las opiniones del señor Cruz, que respeto. Pero me parece muy traída por los cabellos la comparación de una pistola con un bebé recién nacido¼ y digo, como Galileo: «…y sin embargo, se mueve).
