RAFAEL MOLINA MORILLO
¿Cómo se explica que el nombrado Sam Goodson, implicado en un fraude de más de 1,800 millones de pesos en perjuicio del Estado, se haya escapado mansamente a través de la frontera con Haití, burlando así a la justicia dominicana?
Desde el instante mismo en que el juez de la instrucción dictaminó que había rezones suficientes para enjuiciar a Goodson junto a los demás acusados de engañar a la nación, debió ponersele una vigilancia especial para evitar su huída. Eso era elemental, mas a ninguna autoridad se le ocurrió hacerlo.
Ahora se habla de pedir su extradición. Pamplinas. Ya verán ustedes, amables lectores, como Sam Goodson pasará al olvido, junto a tantos otros que andan por ahí, aquí y en el extranjero, gozando de sus millones extraídos de los bolsillos del pueblo.
«Cosas veredes, Sancho, que harán fablar las piedras», le dijo el Quijote a su escudero. Y no se equivocaba.