Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Y un adolescente, dijo: Háblanos de la Amistad.
Y él respondió, diciendo:
Tu amigo es a la medida de tus necesidades. Él es el campo que siembras con cariño y cosechas con agradecimiento. Es tu mesa y el fuego de tu hogar. Pues vas a él con tu hambre y lo buscas en procura de paz.
Cuando tu amigo manifiesta su pensamiento, no temes el no de tu propia opinión, ni ocultas el sí. Y cuando él se calla, tu corazón continúa escuchando a su corazón. Porque en la amistad, todos los deseos, ideas y esperanzas, nacen y son compartidas sin palabras, en una alegría silenciosa.
Cuando te separes de tu amigo, no te aflijas. Pues lo que amas en él, puede tornarse más claro en su ausencia, como para el alpinista aparece la montaña más clara, vista desde la planicie.
Y que no haya otra finalidad en la amistad que no sea la maduración del espíritu.
Pues el amor que procura otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio no es amor, sino una red tendida, y sólo lo inútil será en ella atrapado.
Y que lo mejor de ti mismo sea para tu amigo. Si él debe conocer el flujo de tu marea, que conozca también su reflujo. Pues, ¿qué será de tu amigo si sólo le buscas para matar el tiempo?
Búscale siempre para las horas vivas. Pues el papel del amigo es el de henchir tus necesidades, y no tu vacío. Y en la dulzura de la amistad, que haya risa y compartir de placeres. Pues en el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su amanecer y halla su frescor.
