Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Una de mis máximas aspiraciones es que, algún día, esté quien esté en el Poder y quienquiera que haya sido el Presidente de la República en el cuatrienio recién transcurrido, dejemos de echarle la culpa de todo lo malo al «gobierno anterior».
Ya está bueno de usar ese argumento tan irresponsible cuando no se tienen respuestas adecuadas a los cuestionamientos a que son sometidos los funcionarios de uno u otro partido politico.
Aclaro que no me estoy refiriendo en particular a un gobierno determinado. Este desahogo va dirigido a los de ahora, a los de antes y a los que vendrán. Porque todos son iguales, con diferentes etiquetas. La letanía es la misma: ¿Por qué ha bajado la producción agrícola? Porque el gobierno anterior no abonó la tierra. ¿Por qué las carreteras están en mal estado? Porque el gobierno anterior no tomó medidas a tiempo. ¿Por qué sufrimos esta crisis económica? Porque el gobierno no manejó bien los recursos disponibles… El gobierno anterior, el gobierno anterior, el gobierno anterior…
¡Por Dios, seamos más originales, aunque sea para evader responsabilidades! Yo anhelo estar todavía vivo cuando hayamos alcanzado un grado mayor de responsabilidad política y ciudadana. Quiero ver el momento en que un jefe departamental o un Presidente de la República diga sencillamente: «Esto está mal, y lo vamos a arreglar de esta manera». Y punto.
Los fallos de los gobiernos anteriores, dejémoselos a la Justicia. Sin interferir para nada en lo que hace el Ministerio Público ni en lo que deciden los jueces. Hagámoslo así, y veremos que resulta mucho más fácil y mucho más serio.
