LOS BUENOS DIAS
Mientras el país arde

LOS BUENOS DIAS <BR>Mientras el país arde

RAFAEL MOLINA MORILLO
Mientras el país arde, el pueblo busca la manera de divertirse al máximo. Otros, los menos, se refugian en los templos y elevan sus oraciones, para ser consecuentes con los mandatos que, a veces sin entenderlos, les son impuestos por la religión.

Pero el país continúa ardiendo. Arde que arde, sus bosques siguen siendo devorados por las llamas. Los inauditos esfuerzos de los apagafuegos resultan insuficientes para pelear «a mano pelá» contra ese terrible enemigo que es el fuego.

Da la impresión de que el Gobierno no le atribuye tanta importancia a los incendios forestales, o de que quiere aparentar indiferencia para no alarmar a la gente. En cualquiera de ambos casos, el Gobierno andaría más perdido que el hijo de Lindbergh.En estos dias circula por internet una fotografía de nuestra isla tomada por la cámara de uno de los satellites artificiales que nos espían. Desde el punto de vista de la tecnología moderna, la foto en cuestión es una maravilla, pues muestra a la isla entera, casi sin nubes, con pelos y señales.

Pero desde el punto de vista ecológico y humano, la misma foto es dantesca y altamente preocupante: muestra la ubicación y magnitud de los icendios forestales, en vivo y en directo.

Cada minuto que pasa, centenaries de árboles son consumidos por las llamas. Arboles que tardarán años en volver a su estado actual, siempre y cuando se realicen de inmediato labores de reforestación.Hay que ponerle, señores, mayor atención a la tragedia de las sierras.

Está bien que se vacaciones en Semana Santa; está bien que se medite y que se reflexione en Semana Santa. Pero no metamos la cabeza en la arena, como el avestruz: afrontemos el peligro con firmeza y voluntad. Como si de ello dependiera nuestra supervivencia. Porque, ciertamente, de ello depende.

r.molina@verizon.net.do

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