Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Parece que tanto el Gobierno como la oposición le han cogido miedo al invento ese del Defensor del Pueblo. Ello asi, porque no se nota ningún interés ni se hacen ningún apresto para agilizar la puesta en marcha de tan progresista idea.
De acuerdo a la ley, el Poder Ejecutivo debe presentar a la Cámara de Diputados una lista de ciudadanos de conducta intachable, para que de dicha lista la Cámara elija tres y los someta, a su vez, al Senado de la República. De esa terna, toca al Senado escoger a uno, que sera el Defensor del Pueblo.
Ese procedimiento comenzó a cumplirse en el período de gobierno anterior, pero quedó inconcluso por el choque de intereses politicos que lograron imponerse al interés nacional. Ahora parece que todos tienen miedo a recomenzar la búsqueda de tan importante funcionario.
Ahora que se inicia una nueva legislatura en el Congreso Nacional, y en ocasión de cumplirse hoy el primer año de Gobierno del presidente Fernández, la ocasión parece propicia para que éste someta por segunda vez una lista de candidatos y la envíe a la Cámara de Diputados. Y que ésta elabore la terna correspondiente para que el Senado también haga su trabajo.
El presidente, los diputados y los senadores tienen ante sí una grave responsabilidad compartida. ¿Por qué no cumplirla y quedar bien con su pueblo?
