Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
¿Es que los transportistas que se han adueñado del area verde del kilometro 9 de la autopista Duarte son los amos del país? ¿Cómo es que se les consienten sus bravuconadas y desafíos a la autoridad y a la ley?
Como es sabido, la zona ha estado ocupada ilegalmente durante años por buhoneros, choferes del servicio público y dueños de guaguas que utilizan el área como si fuera una terminal privada. Ya los buhoneros fueron desplazados mediante el pago de indemnizaciones pagadas por el Ayuntamiento, con el fin de rescatar esos terrenos y darles un uso comunitario para todos. Pero ahora los choferes, y los empresarios transportistas, también exigen dinero para mudarse o que el cabildo les consiga otros solares. Si no accede a su chantaje, no se van de ahí.
Tradicionalmente los gobiernos le han tenido miedo a los choferes públicos, y a los empresarios dueños de guaguas o concesionarios de rutas de transporte urbano. Ya es hora de que cese esa situación anómala por donde quiera que se la mire. Tiempo es de que se le ponga el cascabel al gato.
Está bien que se quiera, a toda costa, preservar la paz ciudadana y evitar desórdenes, pero no como consecuencia de las amenazas y la truculencia. El cabildo debe dar a estos usurpadores de terrenos públicos un plazo, y una vez vencido éste, proceder a un desalojo definitivo con el auxilio de la fuerza pública. ¡Y san se acabó!
