Los buenos ejemplos

Los buenos ejemplos

Claudio Acosta.

Los buenos ejemplos.- Con los ojos y los oídos del país atentos a lo que ocurrirá con los beneficiarios de los US$92 millones que Odebrecht admitió haber pagado, en calidad de soborno, a intermediarios y funcionarios dominicanos, es comprensible que casi nadie prestara atención a la noticia del celador de Aduanas premiado por haberse negado a aceptar “un regalito” cuando se encontraba de servicio. Carlos Martínez Restituyo fue premiado con un cheque, en reconocimiento a su actitud, por el director general de Aduanas, Enrique Ramírez, quien lo exhortó a mantenerse firme en sus valores y desempeñar de manera recta su labor. Martínez Restituyo tiene 24 años, una niña de cinco y un montón de necesidades por satisfacer, pues es un hombre de extracción humilde, es decir pobre, condición a menudo utilizada como coartada para justificar lo mal hecho. Estoy convencido de que, al igual que ese celador de Aduanas, el país está lleno de gente honrada y trabajadora que puede servir de inspirador ejemplo a sus conciudadanos, que tanto lo están necesitando. Porque a pesar de que los buenos dominicanos son, todavía, la mayoría, todo el crédito y la publicidad –no siempre negativa– se la llevan los malos, desde el asaltante de bancos que cae acribillado junto a un saco lleno de papeletas hasta el político corrupto que exhibe sin rubor ni consecuencias su riqueza mal habida, lo que puede conducirnos a la engañosa conclusión de que están llevando el país directo hacia el derricadero sin que podamos hacer nada. No tengo la receta para evitar que eso ocurra, mas que nada porque se trata de una tarea colectiva, pero en lo que nos ponemos de acuerdo creo que faltan buenos ejemplos como el que acaba de ofrecernos Carlos Martínez Restituyo, lamentando que la honradez de un modesto servidor público no sea noticia ni le interese a nadie en momentos en que la sociedad dominicana parece sucumbir al acoso de los antivalores.

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