Los cabildos contaminan ríos y playas con basura

Los cabildos contaminan ríos y playas con basura

La basura que se genera en casi todo el país se bota directamente sobre cursos de agua superficiales y subterráneas o en llanuras de inundación, lo que contamina aguas suterráneas, ríos y playas, afirmó el ambientalista Luis Carvajal.

Esta situación es consecuencia de que la inmensa mayoría de los ayuntamientos no disponen de sistemas de relleno sanitario para disponer de los desperdicios, explicó.

A excepción de seis zonas, dijo Carvajal, la basura de la mayoría de los 132 municipios cae en los acuíferos introduciéndole bacterias y metales pesados.

Expresó que los lixiviados, como se denomina a los líquidos que se desprenden de la basura y penetran en los acuíferos subterráneos o en los ríos que son fuentes de acueductos.

Esta contaminación encarece los procesamientos de potabilización de las aguas y cuando no pueden ser eliminadas esas sustancias o se carece de plantas de tratamiento en los acueductos, son ingeridas por personas cuando hay consumo directo.

Carvajal, biólogo miembro del Grupo Ambiental de la Academia de Ciencias y de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), señaló que esto ocurre en prácticamente todo el país.

Dijo que incluso hay ayuntamientos y comunidades que depositan basura directamente en los cursos de agua, entre las que citó a San Cristóbal, La Vega, San Francisco de Macorís, Nagua y muchos más del Cibao. «Es un problema de casi todas las comunidades que se encuentran en la parte suroriental y nororiental, como El Seibo, Hato Mayor».

Manifestó que el Distrito Nacional también tiene el inconveniente de que la zona de los vertederos están sitios de influencia o en áreas de recarga de los ríos o directamente sobre las llanuras de inundación.

Manifestó que la ciudad de Santo Domingo, Baní, La Romana, son de las pocas con manejos de la basura relativamente normales.

Dijo que en Haina el vertedero estaba tan a la orilla del río que muchos de los materiales derivaban hacia el cauce.

Carvajal dijo, que en los últimos tiempos muchos ayuntamientos han adoptado la tendencia de alejar sus vertederos de basura de los cursos de los ríos pero siguen existiendo en áreas próximos a cuencas.

Declaró que el vertedero de Nagua, por ejemplo, está en la orilla de la playa, entre la carretera y el mar, en una zona donde además, el nivel freático casi aflora, y cuando las marismas se elevan, se contamina el área.

Agregó que además la basura no es sepultada y para descongestionar los vertederos se incendian con frecuencia y entonces el humo afecta a la población. Afirmó que este es un patrón repetido también en todo el país.

Carvajal consideró que el problema de la basura «constituye el desafío ecológico y económico mayor para todos los ayuntamientos del país.@

[b]FUE VERTEDERO[/b]

El biólogo estimó que el relleno sanitario de Duquesa fue el único vertedero construido con criterios técnicos en su diseño. Aún así, una buena parte de sus lixiviados terminan contaminando los ríos Isabela y Ozama, afirmó.

Dijo que esto es consecuencia de que aún cuando se hizo un diseño técnico y un sistema operativo, el manejo real del vertedero está alejado de ambos.

Estimó que la crisis que hay hoy con la operación de Duquesa se debe a que está sometido a una presión por encima de la capacidad parta la que fue diseñado.

Estimó que primero se debe desarrollar Aun programa que nos lleve, primero, a los sistemas de clasificación de desperdicios de las fuentes, para poder luego diseñar los depósitos que permitan abrirnos hacia el reciclamiento, la reutilización y la reducción de generación de desperdicios.@

Carvajal planteó que si el país no logra incorporar a la población a programas adecuados de la recogida de basura, por un problema de comunicación de los gobiernos locales, no se podrá evitar la dispersión de desperdicios y en las cunetas tapando los drenajes.

Sostuvo que se requiere de una cultura, de un programa de educación para que la gente aprenda a generar menos desperdicios y a reciclar los que puedan ser reutilizables, así como a un manejo adecuado en su colocación, donde se distingan los orgánicos de los vidrios, de los metálicos.

Esta clasificación, asegura Carvajal, le indicaría ahorros enormes a los ayuntamientos y disminuiría los altos niveles de contaminación.

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