WASHINGTON, AP. Sin darse cuenta, demasiados estadounidenses toman demasiados calmantes o ingieren lo que no les conviene. Ahora el gobierno está advirtiendo a los consumidores que seguir las instrucciones puede significar la diferencia entre sentirse mejor o sufrir de graves, y quizás mortales, efectos secundarios.

Encabeza la lista el popular Tylenol, un acetaminófeno presente en más de 600 productos para tratar el dolor, la tos, los catarros y la gripe. Un consumo excesivo puede envenenar el hígado.

Anualmente, más de 56.000 visitas anuales a los salones de emergencia de los hospitales tienen como causa una sobredosis de acetaminófeno, y anualmente unas 100 personas mueren tras una involuntaria sobredosis del fármaco, según los estimados de la Administración de Alimentos y Drogas (FDA).

Algunas veces, los estadounidenses consumen píldoras extra esperando un alivio más rápido. Otros, sin saberlo, toman demasiado al consumir más de un remedio con acetaminófeno.

La mayoría de los productos de acetaminófeno se compran por vía libre, pero hay algunos por receta, como el Viscodin. Con frecuencia el ingrediente sólo está listado en la etiqueta en letra pequeña o, para las medicinas por receta, con la confusa abreviatura de APAP.

En los folletos de las farmacias y anuncios de servicios públicos revelados ayer, la FDA exhortará a los consumidores a examinar qué productos contienen acetaminófeno y seguir con cuidado las instrucciones sobre dosis.

No es el único fármaco en venta libre que está llamando la atención: la campaña de la FDA también advertirá que ciertos pacientes corren un mayor riesgo de diversos efectos secundarios de diferentes analgésicos –como aspirina, ibuprofen, naproxen o drogas antiinflamatorias no esteroides. Esos efectos secundarios incluyen sangramiento estomacal y problemas renales.

“Queremos que tomen estos medicamentos con seriedad y que comprendan las consecuencias si no siguen las instrucciones’’, dijo Ellen Shapiro, que encabeza los contactos de la FDA con los consumidores.