Los capitales son cobardes

Los capitales son cobardes

FAUSTO ADAMES
Como bien dijera hace poco tiempo el ex secretario de Estado Colin Powell, «Los capitales son cobardes», razonamiento que es la pura verdad, si estos recursos no se derivan de actividades ilícitas como son el narcotráfico u  operaciones fraudulentas en los mercados abiertos financieros y bursátiles, que más que perjudicarse sebenefician de las debilidades institucionales y de las perturbaciones económicas y sociales de los pueblos.

Lo cierto es que cuando los capitales se construyen sobrela base de mucho sacrifico y trabajo honrado, este dinerobien habido si es verdad que sale huyendo despavorido, asustado por la incertidumbre y la corrupción.

Por eso,para atraer capitales nuevos y mantenerlos, los gobiernos latinoamericanos deben reconocer los derechos de propiedadprivada, los contratos fiduciarios y la inviolabilidad contractual, y deben hacer cumplir estos derechos de formatransparente y justa, más aún ahora con los esquemas delibre comercio que han firmado la mayoría de los países delárea.

Cuando estas condiciones no están presentes ennuestros países, los capitales huyen hacia otras regiones-posiblemente hacia las dinámicas China e India, que en losúltimos tiempos han registrado mayor crecimiento económicoque América Latina y donde el riesgo de expropiación depropiedades es nulo.

¿Qué perderían los países latinoamericanos si losinversores le dieran la espalda a la región? Por lo pronto, el Banco Mundial indica que los inversores privadosaportaron unos $US94 mil millones en acciones, bonos, fábricas y otros activos latinoamericanos en el 2005, loque representa un incremento de casi un 60% comparado conlos $US59 mil millones correspondientes al año anterior.

 Setrata de un nivel no registrado desde fines de la pasadadécada, y se corresponde bastante con los flujos deinversión privada hacia Asia Oriental, que al final del2005 ascendía a $US138 mil millones.

Sin embargo, este logro de los países de la región se havisto amenazado por la actitud ambigua mostrada por algunos gobiernos frente a la propiedad privada y los contratos, seducidos por la riqueza ofrecida por el petróleo, el gas ylos commodities en la región, los cuales constituyen una combinación volátil.

Cada vez más gobiernos sufren la tentación de expropiar activos, desconocer contratos y cambiar las reglas del juego en función de las cuales se realizaron las inversiones extranjeras.

Habría que estudiar las razones históricas poderosas quehan movido a los países de Bolivia y Ecuador a adoptar las actitudes recientes frente a las inversiones foráneas.

Probablemente algunos sectores se beneficien con tales actos- al menos por el momento, pero el aumento del populismo ferviente en América Latina es observado muy decerca, y analizado en los cálculos de los inversionistas dela región.

 Una muestra de ello es que el costo de asegurarbonos soberanos latinoamericanos mediante credit defaultswaps, derivados que operan como seguro que se cobra en elcaso de default o situación impagable, ha registrado un aumento superior a un 50% en poco más de un par de meses.

Los hechos acaecidos en Bolivia, Ecuador y el resto delmundo sencillamente aterrorizaron los mercados; y aún quedapor verse cuál será el aumento de las primas de altoriesgo.

El mensaje que hoy deben entender los líderes electos yejecutivos empresarios de América Latina es que esimposible seguir postergando las reformas.

Y lo que es aún más importante, la región debe renovar su compromiso hacia el respeto a la propiedad privada, los contratos y el estado de derecho. De lo contrario, los capitales- los cobardes capitales a los que se refería Colin Powell -huirán corriendo hacia Asia, Europa y América del Norte enbusca de nuevos horizontes.

Dejando de lado, por el momento, los titulares de Bolivia y Ecuador, esta parece ser una buena época para América Latina y el Caribe. Para este 2006, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) augura un cuarto año consecutivo de 4% de crecimiento económico para la región, con un aumento acumulado del 11% del PBI per cápita respecto al período 2003-2006.

América Latina también hadado un giro fundamental hacia niveles de superavit encuenta corriente, los que la CEPAL califica de niveles «sinprecedentes en los últimos 50 años de la historia económicade la región».

Ahora bien, según los inversionistas del área, la posposición, dilatación o anulación de los tratados delibre comercio que se vienen realizando en el área, y el afán de unos cuantos pocos de expropiar activos de compañías que operan en la región, podría revertir elcamino de bienestar, competitividad y progreso que hanelegido la inmensa mayoría de los habitantes latinoamericanos.

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