Los caporales de la finca dominicana

Los caporales de la finca dominicana

La soberbia de los funcionarios perredeístas y pepehachistas es tan grande que los ha apartado de la terrible y mortal realidad nacional de su derrumbe económico y social, llevándolos a establecer como prioridad sus ambiciones políticas y económicas que ni siquiera han sido capaces de coordinar un programa de gobierno para su probable candidato presidencial.

Tan solo se escupen boches en contra de los dominicanos como si fuéramos sus esclavos o parte de un ganado sumiso y obediente esperando el sacrificio o dejarnos morir de hambre.

Estos caporales de la política criolla actúan con vulgar desfachatez cuando están empeñados en aplicar sus planes de arrase de la administración pública, que su ansiedad se manifiesta de cómo están preocupados por la dilación que ha puesto el FMI para reanudar su acuerdo Stand By. Este fue suspendido después que el gobierno del presidente Mejía los engañara con aquella negociación con las Edes españolas.

La soberbia y la prepotencia de los perredeístas en el Gobierno los ha llevado a enceguecerlos y volverlos sordos para no ver ni escuchar de como el pueblo se está desmoronando con un acelerado descenso de la calidad de vida, pobreza y angustias en aumento, violencia instaurada en el seno de las familias, etc. Todo lo anterior por la forma irresponsable de la conducción económica en que la incapacidad es lo menos malo de ese grupo de funcionarios, que llevados por la urgencia de su jefe político, no han dado pie con bola con ninguna de sus políticas que han aplicado desde que se decidieron de tres bancos, que a lo mejor, todavía la historia no ha sido escrita por completo.

El destino dominicano, en manos de los caporales perredeístas, es que estos se creen dueños de los recursos, y trasladan todas sus deficiencias culturales y domésticas, al ámbito del manejo del país conduciéndolo desastrosamente. Entonces, para ocultar tantos asaltos a la dignidad de los dominicanos, lo hacen en base a ofender y a maltratar a la ciudadanía, con excesos verbales, amenazas y órdenes. Una de las mas recientes fue cuando se les ordenó, a los legisladores perredeístas, con una orden palaciega, y todavía no se ha cumplido, para que aprobaran la perversa ley del voto preferencial presidencial, repudiada por todos ya que es un engendro del mal, como han dicho algunos orientadores, para aplicar las ambiciones heridas de los dirigentes perredeístas que se han quedado con el moño hecho cuando creían que tenían la candidatura presidencial en sus mano y el hábil presidente Mejía se la arrebató y los ha engañado a todos.

Cegados por las ambiciones, una buena parte de los dirigentes oficialistas, perdieron las perspectivas de la realidad dominicana. La tremenda manifestación de repudio con la huelga de los pasados días 28 y 29, así como la demostración ocurrida en el estadio Quisqueya el domingo primero de los corrientes, como repulsa masiva a la gestión presidencial, es prueba de como el sentimiento de la gente reacciona en contra de un grupo político, que ha destruido prácticamente la institucionalidad y la riqueza nacional, empujando a todos, de una forma u otra, a la pobreza.

La situación se agrava. A escasos tres meses de las elecciones, el panorama se torna incierto y de previsibles acontecimientos catastróficos, que no sería exagerado pensar que a lo mejor es que el gobierno estaría provocando un ambiente de inestabilidad indomable para tener la excusa de postergar las elecciones. Hasta podría ser para buscar una forma de aprobar con su dócil Congreso extender el actual período por dos años más, lo cual sería el error mayúsculo en la vida de quienes prohijaran tales sueños. Y es que se verían arrasados por la ira cívica de la población, que si hasta ahora ha sido muy civilista, es porque esperan con anhelo el 16 de mayo para demostrar sus verdaderos sentimientos en contra de quienes han llevado la desesperación, la pobreza, el luto y la sangre a la familia dominicana.

Por eso, para hacerle ver que la tozudez presidencial por su proyecto reeleccionista ha hundido al país y que la desconfianza es el pan de cada día, será necesario que los generadores de riqueza, calificados como especuladores y devoradores de los recursos dominicanos, que busquen la forma de reducir sus niveles de producción, ya que ahora con la crisis energética hay más de una razón para tal cosa, afectando naturalmente al fisco ya que si no hay generación de riqueza, no hay pago de impuestos a los niveles que le permitían a los funcionarios perredeístas asaltar el presupuesto para alimentar sus aspiraciones políticas de perpetuarse en el poder.

En definitiva el traje de caporal, que han querido utilizar los perredeístas en contra del pueblo le ha resultado muy nefasto ya que con sus actuaciones han empeorado su imagen y los han colocado en el sitial de ser repudiados por la población golpeada y maltrecha económicamente.

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