Los cerezos de Damian Hirst

Los cerezos de Damian Hirst

Es uno de los artistas más cotizados, famosos, discutidos, en el mundo, y su exposición sorprende.

“Cerezos en Flores” de Damián Hirst, la primera exposición del artista en Francia, organizada por la Fondation Cartier. Las más esperadas e inesperadas

París es una fiesta , decía un escritor célebre. Agregaríamos: París en Navidad es una fiesta del arte. Se enarbolan grandes exposiciones colmadas de público durante los últimos días del año y los primeros del nuevo.

La pandemia complica un poco la situación: una reservación previa es obligatoria, el pasaporte sanitario se exige al entrar, ni hablar de la doble mascarilla, y luego espera por el controlado número de visitantes. No obstante, la afluencia no cesa, trátese de instituciones públicas o privadas. Así sucede en la “Fondation Cartier” que presenta “Cerezos en Flores” de Damián Hirst, considerada la primera exposición institucional del artista en Francia.

Que la Fundación Cartier haya tenido este privilegio, no sorprende. Presentan allí las exposiciones más esperadas e inesperadas: para estos fines, extremadamente selectivos, se concibió y se construyó el edificio.

La exposición
En los espacios de dos plantas, nivel de la calle y sótano, la exposición despliega simplemente 30 obras, sin título, de muy vasto formato -incluyendo polípticos-, escogidas por su autor entre 107 telas, realizadas entre 2017 y 2020. No hubo curaduría externa, ni escenografía: ¡el cuadro habla solo, así lo quiere Damian Hirst!

¡Cuadro tras cuadro, percibimos la exaltación – tan progresiva como simultánea- del pintor! No es la representación de árboles florecidos, sino una impactante repetición, al mismo tiempo variación descifrable y fruto de una obsesión, que alía figuración, abstracción y gesto.

Llamado a una fruición absoluta, la serie de los “Cerezos en flores” hace que el espectador, acostumbrado a obras tan distintas de Damian Hirst, llegue a buscar lo que esconde ese estallido de color y luz, paleta viva y pasta de óleo. ¡Emergentes toques y sustanciosas proyecciones de pigmento parecen físicamente “golpes de pincel”!

Una evolución
Damian Hirst, artista inglés, residiendo en Londres, se proclama “gran enamorado de la pintura” siempre, y que sin embargo ha buscado constantemente alejarse de ella.

Casi lo han caricaturizado por sus animales conservados en formol, expresión mediáticamente difundida, y otras extrañas instalaciones, pero la etapa de los “puntos de color” -que hoy él menosprecia- inició su retorno pictórico.

Esa vuelta a los orígenes culminó, un año después, en el “jardín” de los cerezos, lúdico, mágico e imaginario, lo real siendo la relación entre artista y espectador, cuya fascinación no excluye el desconcierto… hasta provocar una renovada discusión y polémica.

Damian Hirst
“La pandemia me ha permitido vivir con mis pinturas y tomar el tiempo de contemplarlas. Hasta que yo tenga la certeza de que estén todas terminadas”.

Tim Marlow, escritor de arte
“Estos Cerezos se muestran al público por primera y última vez… ¡Florecerán solamente una vez todos juntos! Luego, se dispersarán en diferentes colecciones públicas y privadas”.