En los últimos meses del año, y como indicio de que está llegando la Navidad, es frecuente ver en muchas calles la venta de charamicos. En este año, las figuras son las mismas, la novedad está en la inclusión de nuevos colores.
Parte de la tendencia de este año está en los colores. Traemos colores nuevos, renovados, asegura Jufrancis Pujols, quien lleva 12 años en el negocio.
Los famosos conos, los cuales fueron incluidos hace algunos años en colores verde y rojo, ahora vienen también en azul, mamey y plateado, haciendo más variada la oferta de los tradicionales charamicos. Las estrellas y los árboles también traen nuevos matices.
Como señala Pujols, vendedor de la avenida Winston Churchill, dentro de la variedad de este año también puede notar el uso de otro tipo de material para la confección de las populares figuras. Antes, los burritos se hacían con hierba, pero ahora se hacen con bejuco chino o tirigüillo.
Aunque este tipo de figuras son tradicionales en estos meses, siempre buscamos brindar nuevas opciones a las personas, para no darles lo mismo todos los años y motivarlas a seguir teniendo la costumbre de decorar sus casas con charamicos, manifestó el comerciante.
En el recorrido que realizó ¡Vivir! por algunos puestos de ventas de charamicos, se advirtió la presencia de nuevos modelos de canastas y lámparas, que se diferencian en los modelos de años anteriores por el tejido utilizado para su confección.
Pero aunque la oferta varía desde ángeles, árboles, burritos, estrellas, bolas, no todos tienen la misma demanda entre los asiduos compradores de estos artículos. Como explica Elía Polanco, con más de 19 años en la venta de charamicos, lo que más busca la gente son los conos y las bolas de colores.
El uso de las pinturas de brillo también es una de las nuevas tendencias que se está implementando en estos diseños.
Ahora usamos pinturas con escarcha. Con esto le damos novedad, asegura don Pancho, quien vende charamicos desde hace casi tres décadas. Este año los precios oscilan entre 200 y 1000 pesos, depende del diseño y el tamaño.
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Una ardua labor
Aunque los charamicos empiezan a verse desde el mes de octubre, la confección de los mismos se inicia en febrero y marzo. Las perfectas creaciones, tan admiradas por mucha gente, son resultado del trabajo de varios meses, de quienes emplean su tiempo para mantener la tradición entre las personas. Yo tengo un equipo de seis a ocho personas que trabajan conmigo durante meses, expresó Jacinto Almonte, otro vendedor de charamicos.