Desde antes de las 9:00 de la noche del jueves un pequeño grupo de mujeres comenzó a congregarse a la puerta del Teatro La Fiesta del hotel Jaragua. A medida que pasaban los minutos se fue agrandando más y más. Jovencitas y mujeres de mediana edad estaban ahí con un mismo fin: ver a los Chippendales, uno de los show exclusivos para féminas más aclamados del mundo.
Las risas y comentarios pícaros burbujeaban en el ambiente cuando una hora después empezaron a ocupar sus asientos. Ya eran las 10:40 y las luces de repente se apagaron… un grito colectivo inundó el recinto. Las invitadas ya estaban más que preparadas para lo que se veía venir.
Tras una mampara se ve un ligero movimiento. Lanzan una media de color oscuro, se incrementa la histeria, pero que va, no eran los Chippendales… se trataba de Carlos Sánchez.
Acabada su rutina el salón vuelve a quedar en penumbra. La adrenalina- o sería la bilirrubina- sube a niveles insospechados.
Las notas de Sexyback, de Justin Timberlake, suenan y un joven cantante y dos bailarines salen a escena. Esta pequeña introducción trae a los más esperados a los Chippendales, seis hombres musculosos, guapos y de mirada y sonrisa pícara y sexy, sacados del mismísimo Olímpo para hacer realidad las fantasías de las mujeres.
Vestidos de obreros constructores, médicos, marineros, vaqueros, raperos, espías o simplemente con su atuendo característico una corbata de moño, puños y unos ajustadísimos pantalones azules, estos chicos arrancaron suspiros.
Como parte de la rutina, unas pocas afortunadas -aunque todas gritaban de emoción por ser la elegida- lograron subir a escena, participar en el show y en los concursos super interesantes no aptos para corazones frágiles.
Las más atrevidas lograron tocar sus cincelados y esculturales cuerpos cuando bajaban del escenario y se confundían con las fan en busca de las participantes.
Encantadores, divertidos y coquetos así son los Chippendales. Seis hombres rubios y morenos, negros y blancos que ofrecieron un show fabuloso que no es para cardíacas.
Zoom
El telonero
Carlos Sánchez
Al especialista en stand up comedy le correspondió la no fácil tarea de abrir el show. Su rutina fue breve, pero divertida. Explicó las razones que lo llevaron a aceptar actuar en la presentación. También hizo chistes relacionados al zooberto.
Más de la presentación
El show
Los Chippendales rompen con una facilidad increíble sus poloshirt, acto que deja al aire sus envidiados y duros abdómenes. En cada número estos hombres musculosos se van despojando de sus ropas con sensualidad; a veces quedan en unos diminutos calzoncillos, tipo colaless y en otras simplemente son unos modernos adanes que tapan sus partes más íntimas con unos sombreros o simplemente con unas toallas.
Además de bailar con sensualidad, estos chicos brillan por su histrionismo, el cual queda al descubierto a lo largo del show.
También cada número es recreado de vestimenta y un ambiente propio de esa acción.