El precio de la gasolina regular se ha disparado 13.11%
Vivimos en un mundo en que los precios internacionales de los alimentos son altos y por recorte en el bombeo el petróleo ha aumentado más de un 40% en los últimos seis meses. El barril West Texas, nuestra referencia para fijar los precios semanales, se vende por encima de los 61 dólares, su nivel más alto desde enero de 2020, proyectándose más de 70 dólares en los próximos meses.
Los aumentos de precios de los alimentos y combustibles son la nueva manzana de la discordia mundial. En América Latina está teniendo un impacto directo en el costo de la canasta básica alimentaria,donde los precios de los alimentos representan alrededor de 20% del Índice de Precios al Consumidor (IPC), y su aumento acaba trasladándose a la inflación, lo que está alterando el ánimo de la gente.
En nuestro país, el precio de los combustibles comenzó a rebotar desde que, a nivel mundial y en octubre de 2020, los laboratorios le pusieron fecha a la disponibilidad de las vacunas, el precio de la gasolina regular se ha disparado 13.11% y el del gasoil 18%.
Empujado por el encarecimiento de los combustibles y de los alimentos importados, y por una menor oferta de productos en nuestro campo, en enero la inflación cerró con una subida de 0.97%, respecto al mes anterior, cuando marcó la mitad, y la inflación interanual subió hasta 5.25%.
Quiero puntualizar, para que nadie se confunda, que el aumento de la inflación en enero lo explican los mencionados aumentos de precios internacionales y la reducción de la oferta local de bienes agrícolas.
Que en enero se produjo la clásica inflación de oferta, no se anticipó que la menor producción en nuestro campo con tiempo debía compensarse con importaciones como lo aconseja el librito, tampoco no se tomó en cuenta el aumento del consumo de las familias, por las políticas fiscal y monetaria expansivas disponen de mayor liquidez para gastar.
Otra prueba de que se trató de una inflación de oferta se tiene excluyendo del IPC los precios de los alimentos y combustibles, los más volátiles, lo que queda es el núcleo del IPC o inflación subyacente, que en enero fue del 0,2%, significa que se mantuvo dentro del margen que el Banco Central considera aceptable en su política para el control de la inflación.
Mi mensaje final.
Mi mensaje final. En el Gobierno de Luis Abinader es sagrado el acceso de las familias a los alimentos con precios razonables, está por encima de todo, y sin importar que sea por altos precios de las materias primas importadas, escasez del producto, o por ambos motivos, en ningún momento la seguridad alimentaria se pone en juego.
Por ello, debemos intensificar el trabajo en innovaciones agrícolas para aumentar su productividad, y con importaciones precautorias evitar aumentos de precios innecesarios.
Como el 80% de nuestro PIB se nutre del consumo privado y público, es fundamental no dejar caer la oferta de productos de origen agrícola, no solo para evitar que por presión de la demanda termine aumentando los precios, sino que, además, ponga en cuestión el objetivo de un crecimiento de la economía entre 5.5% y 6% para este 2021.