En la Bibliografía de la historia dominicana recopilada por Frank Moya Pons el libro más antiguo sobre un tema histórico nacional e impreso en nuestro territorio lo fue precisamente Memoria sobre la vacuna, de 1814 de la autoría del Dr. Antonio Pineda y reproducida por nuestra Sociedad Dominicana de Bibliófilos en 1977.
Aunque recientemente se ha publicado bastante sobre la pandemia que nos afectó en 1918, la mal llamada “fiebre española”, es bueno recordar pandemias previas.
Pineda dijo: “Entre los preciosos descubrimientos que han ilustrado la higiene pública en estos últimos tiempos no hay uno más útil e interesante a la salud del género humano que el de la vacuna, porque su práctica es tan benéfica que precave enteramente de las ataques de las viruelas temibles”.
Predijo que esa vacuna “no volvería jamás” a afectar a los dominicanos pues se ofrecía “una seguridad eterna” contra la viruela.
Entonces citó el envío de la gloriosa expedición de 1803 cuando unos veinticinco niños huérfanos fueron embarcados desde España a América con pústulas de viruela, pues previamente habían sido infectados adrede, pues esa era la única forma de transportar la vacuna descubierta 47 años antes.
Esta epopeya que salvó a millones en nuestro continente y, además, en Filipinas, condujo a la autora de origen dominicano Julia Álvarez, a publicar su novela Salvando al mundo (Alfaguara, 2006).
La viruela es hoy día cosa del pasado pues fue erradicada del mundo entero hace unos 40 años.
Pero hoy la venta y transporte de vacunas contra el covid-19, aunque algo menos dramático, no deja de ser complicado.
Actualmente se está vacunando en apenas ocho países latinoamericanos, dado el acaparamiento de la producción por parte de los países ricos. Chile es el país de la región que más ha avanzado pero apenas ha vacunado menos de un 10% de su población adulta.
Chile lo está logrando a un ritmo de 191,000 personas por día utilizando a Pfizer, Astra Zeneca y la china Sinovac.
En el caso dominicano pretendemos vacunar en dos ocasiones a 7.8 millones en diez meses y medio, para terminar en las Navidades. Eso son 315 días incluyendo fines de semana y feriados.
Eso arroja 24,761 vacunas por día en comparación con las 191,000 chilenas.
Hemos contratado 21 millones de vacunas para 15.6 millones de vacunaciones, el doble de los 7.8 millones de adultos. Eso significa que nos sobran 5,450,000 vacunas y si asumimos el costo más bajo, cuatro dólares por vacuna, eso implicaría un sobrante de US$21.6 millones.
Se dirá que dada la situación internacional de acaparamiento es mejor pecar por exceso, sobre todo si los contratos permiten al final reducir la cantidad de dosis, algo que ignoramos.
En Perú ha surgido el “vacunagate” pues allí unas 487 personalidades, sobre todo políticos, se vacunaron antes de los médicos y enfermeras de primera línea, provocando la renuncia de varios miembros del gabinete.
Si en nuestro país se percibe que se está violando el protocolo establecido por las autoridades de Salud Pública y los que tienen influencia política, congresistas del PRM, diplomáticos extranjeros, miembros del gabinete, etc. se están vacunando por adelantado, eso hará que el resto de la población rechace la gestión del actual Gobierno y se lo cobraría en las próximas elecciones.
Por cierto, México ya anunció que denunciará en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que los países ricos están acaparando la vacuna.
No debe preocupar que hoy día el 40% de los dominicanos diga que no piensan vacunarse pues la experiencia en otros países es que cambian de parecer cuando ven que amigos, familiares, aconsejados por médicos lo están haciendo.
Para lograr el “efecto de manada” debemos vacunarnos todos, incluyendo los haitianos. Nuestro Presidente, por atendibles razones políticas, puso a los indocumentados al final de la fila y sujeto a lograr recursos internacionales.
En Bávaro, por ejemplo, donde hay muchos haitianos y es zona turística es imprescindible vacunar.
Pero también se corre el riesgo de que al no encontrar vacunas en su propio país miles de haitianos opten por cruzar la frontera en búsqueda de la misma, lo que debemos evitar. Se supone que Haití bajo Covax logrará vacunas gratuitamente.