El reputado profesional de la ingeniería civil, el santiaguero Millo Peralta, recientemente puso en circulación un interesante volumen, donde plasma todas sus inquietudes y preocupaciones, acerca del destino dominicano y el uso racional del agua, que la Naturaleza le ha concedido a nuestra isla.

El ingeniero Peralta combina su obra analítica e informativa con el contenido de las leyes, reglamentos y decretos que norman lo que pudo haber sido el procedimiento más adecuado para que los dominicanos pudiéramos haber hecho un uso racional del agua disponible.

La obra lleva por título: “Conflictos en la Gestión de los Recursos Naturales de la República Dominicana” y su contenido nos va llevando para aumentarnos la preocupación por lo que no se ha hecho, y de como tantos imprescindibles proyectos de adecuación y manejo de las cuencas, fueron olvidados y despreciados por las autoridades, prefiriendo continuar actuando a la buena de Dios, como es el caso del uso excesivo de agua en todos los sistemas de irrigación, responsables del mayor desperdicio de agua, y que es casi imposible regular por el carácter socio-político del regalo del agua a los agricultores.

El autor llama la atención de cómo el dinero gastado en la cuenca del río Yaque del Norte, cuando se construyó la presa de Tavera, para establecer diversos sistemas de medición y control, han sido abandonados, acelerando su destrucción o desaparición. También, el sistema de alerta sísmica de la presa de Tavera está destruido, por esa indolencia ancestral de los burócratas, que si no hay un beneficio inmediato, no les interesa darle el seguimiento requerido.

El ingeniero Peralta, con la inclusión en su obra de las leyes que giran en torno al uso racional del agua, hace una gran contribución ya que revela de cómo existen en el país sectores preocupados por un elemento, que de acuerdo con los parámetros de uso indiscriminado pronostican una severa crisis para el 2250, que aun pareciera lejano, para la vida del planeta, no queda fuera de la lógica humana de prevención y ordenamiento de la vida en la isla, ya con una abultada carga humana de unos 20 millones de seres, en su mayoría sin ningún tipo de cultura para economizar agua y hacer un uso óptimo de la misma.

El ingeniero Peralta con su vasta experiencia, lograda a través de los recorridos por la región de la Sierra que más ama y a la cual le ha dedicado parte de su vida profesional, nos habla de los grandes trabajos que se han llevado a cabo para restaurarle el verdor a unas lomas que había sido devastadas. El progreso de la labor del Plan Sierra de más de 30 años, le ha permitido llevarle otro sentido de la vida a los pobladores de la Sierra, que se han ido adaptando a los nuevos métodos de cultivo y de conservación del agua, devolviéndole la belleza sin igual a toda esa región que se extiende desde Jarabacoa hasta Monción, pasando por San José de Las Matas, Los Montones y Jánico.

La obra de los Conflictos enfatiza en lo que debe hacerse para evitar un colapso del territorio isleño, por el descuido de no apreciar la importancia del agua, que a raudales se desperdicia en todos los frentes de consumo, desde los acueductos hasta el riego de las fincas, aparte de cómo la contaminación del líquido se agudiza por el descuido de no haber proseguido con los planes de construir las plantas de tratamiento de aguas servidas, y las existentes ni las protegieron o mantuvieron, ya que prácticamente todas están inservibles, destruidas y su rehabilitación costaría sumas fabulosas que no le da prestigio a los políticos que quisieran intentar proteger la salud de sus ciudadanos.

El ingeniero Peralta ha hecho un gran aporte al país. Uno debe sen tirse orgulloso cuando uno ve un compañero de estudios, muy apreciado, preocupado por su país, y compendia en un volumen sus experiencias, sueños y recomendaciones, apoyándose en datos sólidos que debería estimular a los que le conciernen el uso del agua, rectificar sus descuidos y criterios errados.