Los contendientes van a un combate televisivo sobre Irak

Los contendientes van a un combate televisivo sobre Irak

FINANCIAL TIMES
Dentro de poco más de una semana, el senador John Kerry y el presidente George W. Bush se enfrentarán en la Universidad de Miami, en Coral Gables, Florida, en un debate que muy bien podría decidir el resultado de las elecciones.

Como el primero de una serie de debates presidenciales, se espera que atraiga más telespectadores de los que invirtieron su tiempo para ver la aceptación de las nominaciones siguiendo un guión en las convenciones de los partidos en el verano. Pero aún si el encuentro del 30 de septiembre no fuera el primero en las listas de audiencia, con toda seguridad atraería la atención de los electores por el enfoque en la política exterior, específicamente, Irak.

La historia dice que las elecciones en Estados Unidos, como la que sacó del cargo al padre del señor Bush, inevitablemente se definió en los temas económicos. Pero eso fue antes de que Estados Unidos se viera envuelto en una lucha global contra el terrorismo y se viera comprometido en una ocupación cada vez más sangrienta en la posguerra, en Irak.

Después de semanas invertidas abordando temas internos, el señor Kerry finalmente ha reconocido que tendrá que hacer oscilar el debate sobre Irak a su favor para ganar la Presidencia. Ha acelerado sus ataques contra el señor Bush en el tema durante las últimas tres semanas, que culminaron en el discurso del martes en Nueva York, que fue la crítica más extensa hasta ahora sobre el manejo de la guerra por la administración. 

Públicamente, al menos, los funcionarios del señor Bush sonríen ante esta perspectiva. Un sondeo de Gallup realizado hace dos semanas, mostró que los electores prefirieron al señor Bush antes que a Kerry sobre este tema, por un margen de 51% a 41%.

Aunque el presidente reconoció en su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas ayer que es probable que la violencia aumente en Irak, volvió a insistir en que él había librado al pueblo iraquí de un “dictador proscrito”.

A pesar de las crecientes bajas, el señor Bush ha mantenido el respaldo de los electores, en parte porque su administración se las ha arreglado para fusionar en sus mentes la guerra en Irak con la guerra contra el terrorismo.

El señor Kerry empezó a roer esa conexión el lunes, al insistir que la invasión fue una “profunda maniobra de distracción” de la lucha contra al-Qaida.

Como ha venido haciendo frecuentemente en los últimos días, el senador de Massachusetts también extendió las críticas sobre el mal manejo de la posguerra en Irak, desde niveles de tropas insuficientes, hasta la paralización de la reconstrucción y  hasta cuestionamientos sobre el carácter del señor Bush, al decir que el presidente ha exhibido “errores de juicio colosales”.

El discurso pudiera resultar importante, tanto por el tono como por la sustancia. Hasta este mes, la estrategia demócrata había sido, al parecer, presentar al señor Kerry como una alternativa razonable al señor Bush, mientras apostaba en el intenso rechazo al presidente por parte de los electores liberales. En un esfuerzo por parecer “entusiasta” y “optimista”, el señor Kerry  había desplegado el raro carisma de Al Gore en la ruta de campaña mientras sopesaba sus palabras sobre Irak.

Sin embargo, el lunes, en particular, demostró la intensidad y agudeza de un hombre que fue aclamado como un veterano al testificar apasionadamente contra la guerra de Vietnam y, posteriormente, como un senador que realizaba una investigación sobre el capítulo Irán –contras y otros escándalos.

La acusación del señor Kerry a la política del señor Bush en Irak también se vio reforzada durante el pasado fin de semana por parte de importantes senadores republicanos, incluyendo a Richard Lugar y Chuck Hagel, y la incesante violencia en Irak que dejó más de 300 muertos el fin de semana y un contratista decapitado el lunes.

De todas formas, el senador todavía enfrenta grandes obstáculos en sus esfuerzos por enfrentar al señor Bush sobre el tema de Irak. Por una parte, su posición del lunes, cuando dijo que se habría opuesto a la guerra de haber sabido que Saddam Hussein no tenía armas de destrucción masiva, o vínculos con al-Qaida parece contradecir sus declaraciones anteriores. Precisamente, el mes pasado, el señor Kerry dijo que EEUU estaba mejor después de haber salido del señor Hussein.

El señor Bush aprovechó este punto pocas horas después del discurso del señor Kerry, y releyó declaraciones anteriores del retador a sus partidarios en un encuentro en New Hampshire, y lo acusó de entrar en “un sistema de vientos cruzados”.  

No está claro tampoco si las recetas políticas del señor Kerry para Irak van a tener resonancia entre los electores. La pieza clave del plan del senador es incorporar un mayor respaldo internacional de los aliados en todo el mundo. Pero -con o sin el señor Bush- es difícil imaginar a los líderes de Francia y Alemania alineándose para enviar voluntariamente tropas o dinero a Irak o Afganistán. Esas y otras preguntas sobre Irak, con toda seguridad serán expresadas por los electores el 30 de septiembre, en Miami.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

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